Tensión con Argentina por precio del gas
"Los chilenos no tienen nada que temer, no tienen que temer cortes. Se está trabajando para garantizar todo lo vinculado a gas residencial y comercial", fueron las palabras pronunciadas por la Presidenta Michelle Bachelet al dar a conocer los acuerdos alcanzados en una reunión bilateral con el Presidente de Argentina, Néstor Kirchner, en la cumbre del Mercosur en Córdoba.
El gobierno del vecino país puso un techo de cuatro dólares como máximo a los envíos del gas a Chile (por millón de Unidad Térmica Británica, UTB), lo que fue bien visto por la delegación chilena.
Sin embargo, tres días después y tras la señal de tranquilidad que había dado la Presidenta, se supo que el precio que había fijado Argentina no sería tal, sino bastante más alto.
Posteriormente Bachelet le envió una carta a Kirchner explicándole de manera clara la posición de Chile frente a los acontecimientos. "Hemos señalado que en Chile hay decepción frente a lo sucedido, y que no se condice con la relación estratégica que ha existido ya por varios años durante los gobiernos de Argentina y Chile", señalaba la misiva.
La noche del 2 de agosto llegó la respuesta. Pese a que la Mandataria se limitó a señalar que no comentaba cartas privadas, fuentes del Gobierno afirmaron que La Moneda no quedó satisfecha con la respuesta.
Más adelante, en Mendoza, ambos presidentes sostuvieron un encuentro frío y protocolar. En la cita -según trascendió- el Mandatario trasandino rechazó todas las solicitudes planteadas por su par chilena para resolver el tema gasífero. De hecho, Kirchner fue categórico en sus declaraciones al reconocer que "integrarse no es fácil" e incluso planteó que la solución de los problemas debe hacerse con sinceridad y "a veces con el dolor de la crudeza".
La Presidenta Bachelet, en tanto, al ser consultada si se superaron las divergencias, se limitó a reconocer el tenor franco del diálogo.
Chile se abstiene en la ONU
La posibilidad de que Venezuela ingresara al Consejo de de Seguridad dividió al oficialismo. La DC y el canciller Foxley abogaban por no apoyar a Hugo Chávez, pero la Presidente y el PS lo respaldaban.
El punto más álgido del debate se produjo cuando Gutenberg Martínez, esposo de la timonel de la DC, Soledad Alvear, dijo que votar por Venezuela "marcará un antes y un después en la Concertación".
Finalmente, tras una extensa reunión de la gobernante con el Comité Político de La Moneda, en su residencia de calle Burgos, el Ejecutivo decidió abstenerse.
"Es más fácil presentar el blanco o el negro, pero ni la vida ni la política ni la historia son así. Asumimos una postura que va a permitir algo que vamos a ver, y esperamos -más pronto que muy tarde- que permita construir una solución definitiva. Vamos a llegar a un candidato de amplio apoyo", dijo Bachelet en la oportunidad.
El proyecto que puso en peligro la amistad con Alan
Una diferencia diplomática se generó con Perú como consecuencia de la inquietud que provocó en el gobierno del Presidente Alan García la información de que el Congreso chileno había aprobado una ley que crea la Región de Arica y Parinacota (XV), donde se establece un límite marítimo que es cuestionado por el vecino país.
El proyecto fue presentado por el Gobierno del Presidente Lagos en diciembre del año 2005 y tras cumplir los trámites debidos fue despachado por el Congreso el 19 de diciembre pasado.
En el proyecto se indicaba que la nueva región limitará al norte con Perú "desde el paralelo del Hito N.o 1 en el Mar Chileno hasta el hito Nº 80 tripartito de la frontera con Bolivia". En el límite oeste fija "el Mar Chileno, desde la punta Camarones hasta el paralelo del Hito Nº 1, en la frontera con Perú".
Tras informarse del contenido del texto, la Cancillería peruana envió a su contraparte en nuestro país una nota en la que solicitaba precisiones respecto a los límites marítimos establecidos en el cuerpo legal, pues una ley aprobada unilateralmente en 2005 dice que la frontera con Chile estará determinada por una línea equidistante, y no paralela, a partir del hito número 1.
El impasse diplomático fue confirmado por la Cancillería, que aclaró que el contenido de la iniciativa legal que crea la nueva región nortina es una ratificación de la tesis permanente de nuestro país, basada en los acuerdos bilaterales que fijan los límites marítimos.
Al someter a control de constitucionalidad el proyecto, el Tribunal Constitucional rechazó el inciso 2º del artículo 1º de ese texto, argumentando que esa disposición se apartó de las ideas matrices de la iniciativa legal.
Finalmente, en enero de 2007 el Gobierno acató el fallo del TC y aseguró que éste no afecta la posición chilena respecto de los límites con Perú.