Virgen de Czestochowa, patrona de Polonia:

“Totus tuus”, (todo tuyo, madre), fue el lema papal que eligió Juan Pablo II el 16 de octubre de 1978, día de su elección. Su ferviente devoción mariana tuvo como mayor inspiración a la patrona de Polonia y su mejor expresión, el rezo del rosario.

Conocida como la “madonna negra”, la historia dice que la imagen de la Virgen y el niño Jesús fue pintada por San Lucas, el evangelista, después de la muerte de Cristo. El retrato lo habría hecho sobre el tablero de carpintero de José mientras escuchaba a María. La Virgen negra fue encontrada en 326 D.C. por Santa Elena, quien se la entregó a su hijo, el emperador Constantino.

500 años después apareció en Polonia donde el príncipe San Ladislao la protegió. Tratando de salvar la imagen de las invasiones tártaras decidió llevarla a su pueblo natal, Opala, y en el trayecto se detuvo en Jasna Gora, Czestochowa. La leyenda dice que al día siguiente, el 26 de agosto de 1382, cuando la cargaron en los animales, éstos no quisieron caminar y fue interpretado como una señal para no mover a la “madonna”. Su color se debe a los numerosos intentos por destruirla, incluido un flechazo, y al humo de las velas de años de devoción.

En 1995, una mujer peruana captó el instante en que el Papa tropezaba. Al revelar la imagen apareció la “madonna negra” sosteniéndolo, cuestión que se atribuye a un milagro.