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La difícil fidelidad

La musa de Quentin Tarantino no ha tenido una vida fácil; a pesar de ser reconocida como una polifacética y profunda actriz, sus relaciones amorosas no han resultado como esperaba y ha declarado que se siente sola.

Tal vez porque fue educada de una forma poco convencional y en la filosofía budista, ella misma ha afirmado que "la monogamia no va conmigo, en absoluto. Me creo capaz de ser monógama, pero todavía no estoy segura del todo. Una relación es como una meditación: si meditas, llegas a alguna parte. Si mientes y malgastas tu energía por ahí, con otras personas, y vuelves a casa para contar cualquier mentira... echas a perder la armonía con tu pareja y te sientes mal por mentir".

En 1988, después del escándalo que produjo su escena de desnudo en "Amistades peligrosas" siendo aún una adolescente, se fue a vivir a Londres, donde conoció al director Phil Joanou, quien acababa de producir el film documental de U2.
Aunque comenzaron a salir, en una visita al set del director Uma se encontró con Gary Oldman, un ya afamado actor británico. La atracción entre ambos se hizo tan evidente que el propio Joanou se hizo a un lado y propició el romance.

Se casaron en 1990 y protagonizaron la controvertida cinta sobre la vida de Henry Miller –"Henry & June"-, pero la relación duró sólo dos años. Ambos argumentaron como causa del divorcio sus recargadas agendas como actores; pero, según la prensa rosa, la separación se debió a la adicción al alcohol de Oldman.

Siete años después y tras un breve vínculo con Timothy Hutton, la actriz fue una de las protagonistas de "Gattacca", un thriller futurista de ciencia ficción, en el que compartió roles con Ethan Hawke y Jud Law.

Uma y Ethan empezaron a salir y al año siguiente se casaron, el 1 de mayo de 1998 en Nueva York, antes de lo que habían planeado, porque la actriz quedó embarazada. De esa unión nacieron los dos hijos de Uma, Maya y Roan.