Las últimas composiciones
RCA-Víctor, 1966
Elaborar una lista con los diez mejores discos chilenos de la historia puede no ser una tarea sencilla, pero para elegir al número uno sí que no hay problema. Ese "top de tops", de voto casi unánime, fue el último disco grabado por Violeta Parra, cuya edición antecedió por poco más de cien días la despedida voluntaria de su autora de este mundo. La chillaneja orquestó el más grande de sus álbumes como el legado de quien había tomado temprana conciencia de su misión cultural, concentrando allí sus múltiples talentos en pos de un mensaje humanista, pero también las vicisitudes de una vida que ya miraba de frente a su final. Esos catorce títulos hoy parecen los de una antología, pero fueron registrados casi de un tirón por una chilena que selló allí su estatura universal.
El disco de "Gracias a la vida", "Volver a los 17" y de "Run run se fue pa’l norte", parece un grandes éxitos involuntario, y es probable que Violeta lo haya articulado intencionalmente como un autoepitafio. Allí quedaron las lecciones de lo más brillante y doloroso de su biografía, desde la elocuente "Gracias a la vida" (el paradojal pulso humanista de una mujer que ya planeaba su suicidio) a las pistas de sus penas de amor repartidas entre "Run Run se fue pa'l norte", la apabullante "Maldigo del alto cielo" y "El Albertío", esta última dedicada precisamente al hombre que aparece en los créditos como parcial cantante y percusionista, Alberto Zapicán. Nada sobra ni se desperdicia en este disco que es, a la vez, campo y vanguardia, trago amargo y proclama de vida. "Mazúrquica modérnica", su composición experimental probablemente más conocida, comparte espacio con su último saludo a las tradiciones campesinas de su país ("Rin del angelito") o una invitación al arte en plan de manifiesto ("Cantores que reflexionan"). Violeta es mujer de trabajo, filósofa, madre acogedora (Isabel y Ángel se hacen cargo de varios instrumentos) y creadora universal; todo en simultáneo y sin dejar espacio para que el oído descanse ni medio minuto del golpe espiritual irrecuperable que es enfrentarse a sus últimas y mejores composiciones.
Incluye: 1. Gracias a la vida, 2. El Albertío, 3. Cantores que reflexionan, 4. Pupila de águila, 5. Run Run se fue pa'l norte, 6. Maldigo del alto cielo, 7. La cueca de los poetas, 8. Mazúrquica modérnica, 9. Volver a los 17. 10. Rin del angelito, 11. Una copla me ha cantado, 12. El guillatún, 13. Pastelero a tus pasteles, 14. De cuerpo entero.
Composiciones para guitarra
(1961-1999, Warner Music)
La edición de este trabajo hoy disponible en el mercado corresponde a un esfuerzo de Warner Music-Chile por poner orden a lo que hasta fines de los años '90 apenas circulaba en círculos académicos. Mucho se hablaba de las "anticuecas" de Violeta, pero pocos podían, de verdad, escucharlas. Así, este disco es valioso por cuanto ofrece prueba viva de la irrefutable visión artística de una mujer campesina que rozó la vanguardia a través de la deconstrucción de un género folclórico que adopta nuevas formas y estructuras sin perder su esencia típica.
El disco reúne el grueso de anticuecas de su autoría grabadas por Violeta Parra poco antes de su segundo viaje a Europa, en 1961. Hay una mayoría de piezas instrumentales, aunque también versiones alternativas para canciones como "El gavilán" y "Cueca larga" (con letra de su hermano Nicanor). Su sonido rústico responde a la nula pretensión promocional que tuvo Violeta al dejar este registro, tomado en la casa de un amigo con la sola compañía de un magnetófono.
Incluye: 1. Gavilán, gavilán, 2. Travesuras, 3. Anticueca 5, 4. Anticueca 1, 5. Anticueca 2, 6. Anticueca 3, 7. Anticueca 4, 8. Tema libre 1, 9. Tema libre 2, 10. El pingüino, 11. El joven Sergio, 12. Las vísperas de San Juan, 13. Cueca larga, 14. Gavilán gavilán (versión París), 15. El Santo Padre (versión instrumental), 16. Aires del canto a lo divino.
Antología
(1999, Warner Music)
Hasta el momento, es ésta la mejor y más completa antología del trabajo de Violeta Parra en la composición de canciones disponible en CD. Fue un acierto que el sello Warner Music-Chile le pusiera orden a un material desperdigado hasta entonces en cassettes, discos compactos y vinilos no siempre fáciles de encontrar ni con información rigurosa. Por mientras alguna casa disquera se matricula con la deuda impresentable que existe con los primeros álbumes grabados por Violeta para EMI-Odeón (casi todos ellos, hoy descontinuados), ésta edición doble resulta la mejor manera de introducirse en el trabajo de una mujer que unió en su cancionero recopilación campesina, creación de vanguardia y el tipo de canto popular fiel a su invitación en "Volver a los 17": "el canto de todos es mi propio canto". La edición contó con el apoyo y asesoría de la Fundación Violeta Parra e integra un atractivo diseño gráfico con muestra de fotos y arpilleras.
Incluye: 1. Casamiento de negros, 2. Qué pena siente el alma, 3. Dónde estás, prenda querida, 4. Décima: Pa' cantar de un improviso..., 5. Violeta ausente, 6. Viva la luz de don Creador, 7. El palomo, 8. Décima: En este mundo moderno..., 9. Arauco tiene una pena, 10. Arriba quemando el sol, 11. Décima: Yo no protesto por mí..., 12. La jardinera, 13. Del Norte vengo, Maruca, 14. La carta, 15. Décima: Dispénsenme las chiquillas..., 16. Miren cómo sonríen, 17. Según el favor del viento, 18. Rin del angelito, 19. Mazúrquica modérnica, 20. Qué dirá el Santo Padre, 21. Volver a los 17, 22. El guillatún, 23. El Albertío, 24. Décima: 61 besos, Creo 62..., 25. Run Run se fue p'al Norte, 26. Gracias a la vida.