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Desde el “Pago de la Patente” al actual Permiso de Circulación

Sepa aquí cuánto deberá pagar este año y un poco de la historia de este tributo por su auto.

20 de Febrero de 2017 | 08:55 | Emol
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Hasta el 31 de diciembre de 1984, las placas patentes eran de distinto color para cada municipalidad, llevaban el nombre de ella, el año y la categoría del vehículo, un sello de plomo (“inviolable”) y había que renovarlas cada año.

El Mercurio
Hoy lo llamamos “Permiso de Circulación”, pero hay mucha gente mayor que cuando llega marzo con su carga de gastos todavía dice “Tengo que pagar la patente del auto”.

Y claro, porque solo a contar de 1979 (Decreto Ley Nº 3.063 Ley de Rentas Municipales) este gasto anual del automóvil comenzó a llamarse “Permiso de Circulación”, cuya recaudación ingresa primero a la Tesorería General de la República, quien luego destina un 62,5% de lo recaudado a un Fondo Común Municipal que luego es enviado a la comuna en donde se pagó el permiso. El 37,5% restante va a un Fondo Municipal Directo, cuyo gasto queda a criterio de cada municipalidad.

Hasta el 31 de diciembre de 1984, las placas patentes eran de distinto color para cada municipalidad, llevaban el nombre de ella, el año y la categoría del vehículo, un sello de plomo (“inviolable”) y había que renovarlas cada año. Un ritual que se cumplía sagradamente en un Chile con mucha cultura cívica (se enseñaba en los colegios) y hasta los niños hacían cola para pagar y obtener la patente para sus bicicletas, que estaban matriculadas y, por ende registradas a nivel nacional. Y los carabineros las fiscalizaban durante todo el mes de abril. No había felicidad más grande para un niño que ser controlado por la policía y que le pidieran los documentos de su vehículo de dos ruedas (y tenerlos, claro). Eso duró hasta mediados de los sesentas.

En 1985 entró en vigencia la Placa Patente Única (PPU), que terminó con ese absurdo gasto anual de metal para las placas. Estas ya no tenían impresas ni el año, ni la municipalidad ni la categoría del vehículo y no se cambian nunca más durante toda la vida útil del auto, salvo que sean destruidas o robadas. Se reemplazó todo por una combinación de letras y números y la identificación genérica de “Chile”.

En la actualidad


Hoy, el trámite es menos engorroso, pero el costo se ha incrementado paulatinamente. En general, el dueño de un vehículo paga entre 1 y el 4,5% del valor de tasación de este, cuyos valores se expresan en Unidades Tributarias Mensuales (dese 40 a 400).

En la tabla anual que publica el Servicio de Impuestos Internos en el sitio https://www.sii.cl/avalu/tv/tv_liv_inp2017.htm , el contribuyente puede tener acceso a un cuadro completo en el que solo debe poner la marca del vehículo, el tipo, y el año. Más fácil aún, en el comprobante del pago anterior hay un Código SII que identifica a su auto. Basta poner este número en un casillero alternativo para tener toda la descripción de él, su tasación y el valor de su permiso de circulación para este año.

A modo de ejemplo, en esta página obtuvimos el dato sobre lo que pagarán los dos autos más caros de Chile, teniendo como parámetro el valor del mismo año de fabricación (2016).

El primero es un Rolls Royce Phantom Cabrio, con tasación fiscal de $323.100.000 y cuyo dueño deberá pagar un permiso de circulación de $14.248.257. El segundo es un Lamborghini aventador, tasado en $231.770.000 y que pagará $10.138.407 para renovar su permiso.

En el caso de los autos “normales”, lo que usa la mayoría de la gente, está, por ejemplo el Chevrolet Sail II , uno de los más vendidos del país (chino), cuya tasación es de $5.770.000 y que pagará $88.888 por su permiso de circulación.
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