La huelga de General Motors (GM) en Estados Unidos forzó al constructor de automóviles a suspender temporalmente a 6.000 trabajadores en sus fábricas de México afectadas por una falta de piezas.
De esta manera, los funcionarios latinos afectados con la medida solo recibirán el 55% de su salario mientras dure la movilización, dijeron esta jornada portavoces de la empresa.
"La producción en las plantas de ensamblaje y fabricación de transmisiones de Silao (estado de Guanajuato) fue interrumpida debido a una falta de piezas de repuesto ligada a la huelga del UAW, el principal sindicato de la industria automotriz estadounidense, informó un vocero de GM, quien agregó que la medida afectará a "unos 6.000 empleados".
GM de México aseguró por su parte que la firma no ha efectuado "ningún despido" y que esta suspensión de actividades solo es coyuntural al movimiento de los trabajadores de EE.UU.
"No hay despidos y por el momento nuestros demás complejos (en México) se encuentran operando de manera regular, estamos evaluando día con día la situación y esperamos restablecer pronto, -hablamos de días- la situación", dijo a la AFP Teresa Cid, directora de comunicación de GM de México.
Sin embargo, el bolsillo de los trabajadores será golpeado directamente. En un boletín interno de la planta de ensamble de Silao, fechado el 26 de setiembre por el departamento de personal, se notifica a los trabajadores de las diferentes áreas la asignación de vacaciones obligatorias y pagos al 55% del salario normal.
Desde hace más de dos semanas, la huelga de GM en Estados Unidos, la primera desde 2007, ha provocado la paralización de la producción de vehículos en las fábricas estadounidenses y afectó las instalaciones del grupo en Canadá, donde miles de empleados también fueron suspendidos temporalmente.
General Motors y el UAW aún no han logrado un acuerdo. Unos 50.000 trabajadores estadounidenses de GM están en huelga para reclamar alzas salariales y la mejora de la situación de los empleados contratados tras el rescate histórico del grupo en 2009 durante el gobierno de Barack Obama.
El UAW también pide que el gigante automotor reactive cuatro fábricas paralizadas en noviembre de 2018.