Corría el año 1949 cuando se lanzó la nueva línea de posguerra de Chevrolet con un modelo que se promocionaba en aquellos años como "la compra más bella de todas".
Y la verdad es que no mentían ya que se trataba del Fleetline DeLuxe, una versión mejorada del tradicional Fleetline (1942-1948) y que se presentó con dos estilos de carrocería de lujo, de dos y cuatro puertas.
Además el vehículo resaltaba de entre sus pares gracias a una marcada línea de techo que se hacía notar por sus aerodinámicas formas.
Fue tal el éxito de este modelo que Chevy comercializó alrededor de 312 mil unidades, número que llama la atención dado lo difícil que resulta en la actualidad encontrar un ejemplar original.
Así, al menos, lo reconoce la prestigiosa casa de subastas RM Sotherbys que hace unos meses vendió uno de estos ejemplares y que provenía de una exclusiva colección privada.
No obstante, y aunque no lo crea, en Chile se pueden ubicar al menos tres unidades de este auto en perfecto estado conservación.
Uno de ellos pertenece al integrante del Club de Automóviles Antiguos de Chile, Guillermo Jiménez, quien contó que este ejemplar estuvo por años guardado en una bodega luego que falleciera su antiguo dueño.
“Este auto estuvo por muchos año en manos de depositarios que lo guardaron cuidadosamente a la espera de que la familia de su antiguo propietario lo pudiera recuperar. Finalmente el auto termina siendo vendido y yo lo compré”, explicó.
Añadió que luego de eso comenzó un largo proceso de restauración para dejarlo como si recién hubiese salido de la línea de montaje, proyecto que se extendió por cerca de un año y medio.
“El proceso de restauración además de ser muy entretenido es muy largo. No obstante, tengo que reconocer que sin la ayuda de mucho amigos no lo habría logrado, ya que sin ellos no habría sido posible llegar a este resultado”, dijo el orgulloso dueño del Fleetline DeLuxe.
Guillermo Jiménez contó que el auto estaba en buenas condiciones cuando lo adquirió y que durante la restauración vivió situaciones especiales ya que al comenzar el proceso el coche fue completamente desarmado y el resultado final solo se pudo apreciar cuando todas las piezas fueron puestas en su lugar.
“Este auto está 100% original, incluso normalmente su circuito de 6 voltios lo cambian a 12 voltios, ya que hoy en día es difícil de encontrar esas baterías, pero yo lo mantuve todo como era. Incluso está sin dirección hidráulica, es mecánica y todo lo que se tuvo que cambiar y reponer se trajo de Estados Unidos con la certificación de General Motors”, explicó.
En esa línea reconoció que la parte más difícil y costosa de hallar fue la visera del coche “que es reconocida por General Motors pero que es creada, diseñada e instalada en Argentina. De hecho, GM reconoció esta pieza como parte original del auto”, explicó.
Añadió que en la actualidad el coche alcanza unos 100 km/h. gracias a su motor de 3.548 cm3 y seis cilindros en línea.
En su diseño, sobresale además el faldón que cubre los guardabarros traseros dándole una imagen más robusta, aún cuando hace más complejo el proceso de cambiar una rueda, tal como lo reconoció Guillermo Jiménez.
