Después de varias suspensiones, cancelaciones e incertidumbre debido al coronavirus, la Fórmula Uno informó hace unos días que retomará la competencia oficialmente el fin de semana del 3 al 5 de julio en Austria. Pese a la noticia alentadora de los organizadores, la prolongada paralización generó importantes costos financieros el evento automovilístico más importante del mundo.
Según los resultados publicados esta semana, la empresa norteamericana Liberty Media Corporation (propietaria de la Fórmula Uno) vio cómo los ingresos procedentes de la competencia pasaron de 246 millones de dólares en los tres primeros meses de 2019 a 39 millones este año, lo que supone una caída del 84%.
La pérdida de explotación de estas actividades alcanzó 137 millones de dólares, cuando el año pasado fue de 47 millones en ese mismo periodo.
"La F1 espera actualmente comenzar a correr en julio y continuar hasta diciembre, con un objetivo del orden de 15 a 18 carreras. No está todavía fijado si los espectadores podrán asistir", indicó Liberty Media en su comunicado de resultados.
Los ingresos que Liberty Media logra de la F1 provienen de las sumas pagadas por los organizadores de los Grandes Premios, además de por las pagadas por las retransmisiones y los patrocinios.
De ahí que el dinero recaudado hasta la fecha haya decaído a tal punto debido a las suspensiones o cancelaciones de los grandes premios. En ese sentido, los ingresos que la F1 consiguió en el primer trimestre de este año proceden únicamente de contratos de patrocinio asociados a eventos no ligados a grandes premios.
