Un escultor de General Motors creó una impresionante cama para su hijo utilizando un antiguo vehículo Austin Healey Sprite de 1962 que compró en un depósito de chatarra en Michigan, Estados Unidos, y que modificó casi por completo dándole un nuevo uso.
Según contó el protagonista de esta historia al medio Jalopnik, Neil Ottavino, estuvo durante varias semanas buscando una cama para su hijo de tres años que está “obsesionado con los autos”.
Fue así como llegó al depósito de chatarra y encontró un Austin Healey Sprite que estaba en pésimas condiciones, pero que servía para sus planes.
Una vez con el vehículo en sus manos, el escultor comenzó con el trabajo y explicó que “cuando comencé a pelarlo para llegar al metal, especialmente en la parte delantera y en la parte superior del guardabarros delantero, debí haber arrancado, sin exagerar, una pulgada y media de masilla”.
Pese a esto, y otras dificultades que encontró en el camino, el coche se encontraba en buen estado para los planes de Ottavino.
De esta manera comenzó con la modificación del vehículo que tuvo que ser “cortado y martillado” en distintos lugares como por ejemplo la parte posterior para lograr calzar el colchón dentro de la estructura.
Después de varias semanas de intenso trabajo, el escultor logró terminar por completo el “auto-cama” con muchos retoques y una detallada labor de pintura.