El pasado martes el Parlamento Europeo aprobó la normativa que prohíbe la venta de vehículos nuevos con motores de combustión interna, incluídos los híbridos, a partir de 2035, restando ahora su ratificación y que todos los estados miembros del bloque estén de acuerdo con el texto final para que entre en vigencia.
Ante ese escenario, Italia manifestó abiertamente su incomodidad ante la iniciativa que podría impactar negativamente en su industria automotriz.
El encargado de hacer presente esta postura fue el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, quien planteó la necesidad de reconsiderar los objetivos propuestos.
Según publica el diario italiano Corriere della Sera, Tajani habría pedido a la Unión Europea reducir las emisiones de los coches en un 90% para 2035 y no exigir el 100%, tal como lo votó el Parlamento Europeo.
“Debemos defender nuestra industria automovilística (...) Soy un gran partidario del coche eléctrico, pero los objetivos ambiciosos deben alcanzarse de verdad, no solo sobre el papel”, explicó el ministro italiano.
La idea de esta contrapropuesta, añadió Tajani, es dar un poco más de espacio a la industria automovilística para adaptarse a estos cambios de tecnología sin impactar negativamente en la actividad.
Sólo en Italia el sector automotriz genera más de 270.000 puestos de trabajo de forma directa e indirecta y representa más del 5% del PIB del país.