El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó una orden ejecutiva que deja sin efecto lo que ha llamado “el mandato de comprar vehículos eléctricos (EV)” que impulsó la administración de Joe Biden, cumpliendo una de sus promesas de campaña donde dijo que terminaría con este “absurdo” favoritismo a los vehículos cero emisiones impulsada por los demócratas, priorizando los combustibles fósiles como el pilar de la economía estadounidense.
Si bien la administración Biden promovió la compra de modelos a batería e impulsó la idea de cambiar la flota de vehículos públicos por unidades eléctricas, nunca se emitió una orden como tal. Pese a ello, la acción del nuevo mandatario deja en evidencia sus intenciones de eliminar las regulaciones que favorecen a los EV, lo que se traduce en un duro golpe a las automotrices estadounidenses cuyos autos son los únicos que pueden acceder a los beneficios establecidos.
Libertad para los consumidores
La orden ejecutiva firmada por Trump, titulada “Liberando a la energía estadounidense”, se plantea el compromiso de eliminar lo que él llama el "mandato de los EV" para promover una "verdadera elección del consumidor, eliminando las barreras regulatorias al acceso a los vehículos de motor".
El documento agrega que se pondrá fin a los "subsidios injustos y otras distorsiones del mercado mal concebidas impuestas por el gobierno y que favorecen a los EV sobre otras tecnologías y obligan a su compra al hacer que otros tipos de vehículos sean inasequibles".
En ese contexto, esta acción fue calificada como la antesala a la próxima decisión de derogar el crédito fiscal de 7.500 dólares para los que compren vehículos eléctricos incluido en la ley climática de Biden de 2022, para posteriormente hacer lo mismo con las normas de la Agencia de Protección Ambiental para endurecer los límites en las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes emitidos por vehículos de pasajeros y comerciales.
Otras acciones
Trump también prometió que terminará una exención federal que permite a California eliminar gradualmente la venta de vehículos impulsados por gasolina para 2035. La exención federal es importante no solo para California, sino también para más de una docena de otros estados que siguen sus estándares sobre emisiones de vehículos.
La orden de Trump recuerda a una acción tomada durante su primer mandato, cuando revocó las estrictas normas de emisiones de vehículos establecidas bajo Barack Obama.
En la orden ejecutiva, Trump también puso una pausa el uso de miles de millones de dólares en fondos asignados para estaciones de carga de vehículos eléctricos apropiados a través de la ley climática, conocida como la Ley de Reducción de la Inflación y la ley de infraestructura bipartidista aprobada en 2021.
Biden había establecido la meta de crear 500.000 de esos cargadores para 2030. A finales del año pasado, había sólo 214 cargadores operativos en 12 estados que habían sido financiados a través de las leyes federales, con 24.800 proyectos en curso en todo el país, según la Administración Federal de Carreteras.
La orden ejecutiva emitida por Trump implica que Estados Unidos podría tener dificultades en cumplir con los objetivos de reducción de emisiones a largo plazo. Los automóviles y camiones ligeros son responsables de más de la mitad de los gases de efecto invernadero de Estados Unidos y el sector del transporte en general es un importante contribuyente a las emisiones de la nación.
“Estos retrocesos en vehículos limpios cargarán a los estadounidenses con una combinación de precios más altos, más contaminación y una competitividad más débil”, explicó Dan Becker, director de la Campaña para un Transporte Climático Seguro, del Centro para la Diversidad Biológica.
“Trump está atacando el paso más grande jamás tomado para combatir la contaminación climática”, añadió el experto.