El fabricante alemán de autos de alta gama Audi orden detener el ingreso de sus vehículos a Estados Unidos tras la imposición de un arancel del 25% ordenada por la administración de Donald Trump, mientras la industria automotriz europea evalúa el impacto de la medida y toma acciones como la paralización de plantas y reestructuraciones.
La decidión de la marca de los cuatro anillos se hizo efectiva el pasado 2 de abril, por lo que cientos de unidades quedaron retenidas en los puertos estadounidenses hasta nueva orden.
La marca, perteneciente al grupo Volkswagen, confirmó la noticia e indicó que esta medida se mantendrá por un tiempo, mientras las empresas se esfuerzan por definir cómo se verán afectadas por los nuevos impuestos.
El conglomerado automotriz alemán es uno de los fabricantes europeos más afectados por la política proteccionista de Trump, ya que a la fecha cuenta con importantes instalaciones en México, donde opera la fábrica más grande del país, ubicada en Puebla, y una de las de mayor capacidad a nivel global del gigante germano.
En dicho complejo VW produce cerca de 350.000 vehículos al año, mientras que en la planta que tienen en San José Chiapas se ensambla el Audi Q5, con una producción de 176.000 ejemplares en 12 meses, de los cuales cerca de un 30% están destinados al mercado estadounidense.
Según publica El Economista de México, Audi ya envió un memorándum a los concesionarios de EE.UU. informando su decisión de congelar los envíos a partir del 2 de abril hasta nuevo aviso, según confirmó un portavoz de la empresa.
Una medida similar adoptó Stellantis, grupo que decidió paralizar por algunos días su producción en sus instalaciones en Canadá y México.
El gigante automovilístico suspendió el ensamblaje de vehículos durante dos semanas en Ontario (Canadá) y durante todo el mes de abril en Toluca (México), mientras espera la evolución de la política arancelaria en el sector de la automoción adoptada por Trump.
Estas cancelaciones no ha sido la única medida que ha puesto en marcha el fabricante automovilístico frente a las nuevas tasas, también avanza en reestructurar su negocio en Estados Unidos, lo que implicará el despido de hasta 900 funcionarios de su planta de Michigan e Indiana, la que dan soporte a la producción en los países vecinos (México y Canadá).
Según datos del proveedor de servicios de automoción Cox Automotive, las automotrices tienen un promedio de tres meses de existencias en Estados Unidos, margen de tiempo acotado pero esencial para establecer una estrategia a más largo plazo para hacer frente a los aranceles.