La diferencia pudo ser mayor.
Reuters
SANTIAGO.- Hasta los 73 minutos Jorge Sampaoli celebraba. Su Sevilla se imponía por 2-0 en casa ante el Leicester por la ida de los octavos de final de la Champions League. Pero terminó lamentándose.
Y todo porque Jamie Vardy aprovechó "la" ocasión que tuvo el conjunto inglés y descontó, poniendo el 2-1 y dejando abierta la llave de cara a la revancha que se disputará el martes 14 de marzo en los pastos británicos.
El casildense lo sufrió desde una cabina debido a que hoy terminó de cumplir su suspensión tras ser expulsado ante la Juventus en la fase grupal. Se le vio ofuscado en algunos momentos y pegándole a las paredes.
Sin embargo, sus pupilos cumplían en la cancha. Es así como no sorprendió que a los 13 minutos Joaquín Correa fuera derribado en el área y se cobrara penal. Fue el mismo jugador quien asumió la responsabilidad, pero llevó al golero Kasper Schmeichel a lucirse.
Los andaluces siguieron con su buen juego. Hasta que a los 25' Pablo Sarabia saltó más alto que todos y con certero cabezazo abrió el marcador. Con la mínima ventaja se fueron al descanso, era exigua de acuerdo a lo demostrado.
Pero Correa tuvo su revancha. A los 61' recibió de Jovetic y con muy buena definición aumentó a dos las diferencias. Era todo tranquilidad en España. Incluso estaban más cerca del tercero que el Leicester del descuento. Hasta que Vardy se acordó de lo goleador que es y dejó todo en incertidumbre.
El gran responsable de que todo terminara así fue Schmeichel, quien se lució con cerca de cinco intervenciones notables. Por arriba, por abajo, en mano a mano.
Tanto le gustó la mínima desventaja al Leicester que se fueron aplaudiendo y celebrando. Mientras los locales mascaban la amargura de haber podido asegurar la llave.
Ahora todo se decidirá en Inglaterra. El gol de visita de los azules puede resultar clave. Para ese partido ya estará Sampaoli, quien intentará guiar a sus pupilos a los cuartos de final.