SANTIAGO.-
El pasado sábado se vivió un Superclásico con polémica. Y no sólo por los hechos que protagonizaron los jugadores. Esto porque por varios pasajes del lance la hinchada de Colo Colo obligó a detener por momentos el duelo por la cantidad de pirotecnia utilizada.
De hecho, la reanudación del segundo tiempo tardó más de la cuenta por las bengalas que habían caído a la cancha. Lo mismo que ocurrió después cuando el arquero de Universidad de Chile, Johnny Herrera, se ubicó en ese sector de la cancha y varios elementos cayeron cerca de su zona.
Pese a lo anterior, el juez del duelo Julio Bascuñán decidió que el partido debía continuar, algo que generó críticas en su contra. Especialmente desde el equipo azul.
Y ahora, días después, el mismo árbitro vivió una situación similar que tuvo un desenlace distinto. En el encuentro de ayer martes por Copa Libertadores entre Santos e Independiente, desde las tribunas también lanzaron fuegos de artificio.
Algo que además se vio agravado por una serie de peleas entre los fanáticos. Fue por ello que a los 86 minutos del lance el réferi chileno decidió suspender el partido, que tuvo como clasificado al cuadro argentino.
Entonces, ¿por qué Bascuñán tomó decisiones distintas en marcos similares?
Con respecto a lo ocurrido en el Superclásico, fue el director de la ANFP, Hugo Muñoz, quien intentó explicar por qué se tomó la determinación de continuar con el partido, pese a los incidentes.
"No podemos castigar a 40 mil personas por 300 inadaptados. La decisión que tomó el árbitro (Julio Bascuñán), en coordinación con la organización del evento, Estadio Seguro, la gerencia de competiciones y Carabineros fue sensata. Se privilegió la seguridad del público y el desarrollo de la actividad", explicó el directivo.
Y si bien el Superlásico sí se pudo terminar porque según especificó Muñoz "nos parece que de igual forma fue una fiesta deportiva que se vio empañada por los hechos ya conocidos", la Conmebol es mucho más estricta en este tipo de escenarios.
Y así lo demuestra en su reglamento, con determinaciones sobre cómo proceder en casos como el ocurrido ayer martes en el estadio Pacaembú con la pirotecnia.
En su artículo 174, el organismo explica que el ente "a través de su Delegado del Partido, podrá suspender previamente a su inicio un partido cuando se trate de hechos de gravedad cometidos ya sea por Dirigentes, Clubes, Árbitros, Árbitros Asistentes, Jugadores, Personal Técnico, Personal Auxiliar o Público Asistente, etc., que afecten a la seguridad, a los principios de ética y puedan considerarse lesivos al prestigio deportivo del país al que pertenecen los presuntos infractores o la propia Conmebol".
Además, el citado articulo agrega que "una vez iniciado el encuentro el Delegado del Partido, ante las mismas circunstancias y una vez oído al Oficial de Seguridad, en su caso, así como a cualquier otra persona que considere oportuno, podrá proponer al árbitro la suspensión definitiva del partido". Lo que en definitiva habría motivado a Bascuñán a suspender el duelo en la Libertadores.
Así las cosas, así se comienza a esclarecer en parte el criterio ocupado por el árbitro en situaciones similares, aunque en competencias distintas.