SANTIAGO.- Mucha gente se estará preguntando qué pasó con Christian Garin. Por qué un niño que cinco años atrás ganó Roland Garros venciendo a Alexander Zverev y Borna Coric, después se quedó estancado entre el puesto 500 y el 200 y de repente se vuelve muy competitivo, empieza a subir en el ranking, y no solo gana campeonatos seguidos, sino que vence a jugadores con mucha experiencia.
Lo cierto es que el "Tanque" es un atleta que tiene ciertas condiciones por encima de la media, que son su potencia física y su valentía. Cosas que él no les ponía la suficiente importancia y se enfocaba en hacer prevalecer cosas de su juego que no estaban fuera de la media, como su saque, derecho y revés.
¿Por qué le pongo tanta importancia a la media del circuito? Porque para que un jugador suba en el ranking, tiene que tener algunas armas que estén por encima de la media y que sus falencias no sean tan graves.
Christian estuvo por mucho tiempo confundido en cuáles eran sus fortalezas, creyendo que sus tiros de fondo y saque podían determinar cuándo se terminaría un punto, como lo hacía Fernando González o lo hace hoy "Nico" Jarry.
Luego de más de 7 u 8 cambios de entrenadores, la semana previa al US Open de este año, el iquiqueño se puso bajo el mando de Andrés Schneiter y ese mismo día, yo publiqué en redes sociales que al fin Garin había encontrado a la persona que lo iba a llevar dentro del top 100 antes de fin de año y muy probablemente dentro de los 60 después del próximo Roland Garros.
¿Por qué dije eso? Porque lo que él estaba necesitando era un entrenador que tomara las riendas, lo ordenara, le sacara presión, tomara la responsabilidad de los resultados y así Christian podía simplemente dedicarse a ejecutar el plan y no andar pensando tanto.
Este tipo de entrenador no es para cualquiera, pero es justo lo que él necesitaba. Le supo explicar que tenía que tener más paciencia, que tenía que empezar a ganar por desgaste y no por demolición, le empezó a mejorar el físico -ya que estaba muy pesado (ya bajó 3 kilos y faltan 2 más)- y le ordenó el trabajo de piernas previo al impacto tanto en el revés como en el derecho.
Usar mucho más las piernas en sus tiros, separarse mejor y quedar mucho mejor posicionado para cada impacto te hace mucho más regular.
El "Gringo", como lo llaman a su entrenador, conoce a todos los jugadores del circuito. Conoce sus patrones, sus debilidades y sus mañas, pero lo más importante, es que se la juega, toma las riendas y asume toda responsabilidad.
Para un chico que está dubitativo, ¡es lo mejor que le puede pasar! Schneiter tiene la habilidad de jugar el partido con su pupilo, se involucra desde la tribuna y los hace sentir muy acompañados para afrontar los momentos difíciles de un match.
También, uno de los aspectos importantes que trabajó Andrés es el lenguaje corporal y de los comentarios de Garin, ya que era demasiado negativo y se autoflagelaba mucho.
Cuando uno se predispone al mal, las cosas tienden a salir mal. Entonces al principio del trabajo, Garin empezó a mejorar en no decir cosas malas, pero su lenguaje corporal seguía siendo negativo. Hasta que aprendió a que por más mal que se sintiera, siempre su lenguaje corporal debía ser "vamos que se puede, vamos por una más". Eso te predispone a que las cosas salgan mejor. Eso es algo en lo que trabajó muy fuerte. Transmitir en que está siempre tratando de mejorar y no en quejarse y buscando excusas.
Además de todo lo explicado anteriormente, como en todo, tuvieron un poquito de suerte, porque hubo algunos partidos que se le pudieron haber escapado, pero no fue así. Y hoy, antes de lo que los más optimistas habíamos planteado, está al borde del top 100 y con muchas chances de seguir subiendo.
Todos ahora se preguntan: "¿Cuál es el techo de Garin?". La verdad, es que es mucho más alto que el 100 del mundo y también creo que del 60.
Pero como decía un gran entrenador argentino, hay que ir paso a paso. Hoy Christian está entendiendo que tiene que gastar a sus rivales, no apurarse tanto, y que de esa manera en este nivel le sobra para darnos más alegrías.
Después vendrá la pretemporada, donde tendrá que trabajar más en su físico, en el juego de aire, en su segundo saque y listo. Con eso va a estar para dar otro gran salto.
Garin tiene una habilidad muy especial y es que asimila muy bien la potencia de los rivales, si a eso le suma trabajo de piernas y tranquilidad, prepárense para disfrutar varios años más de muy buen tenis en Chile.
Horacio de la Peña
-Ex entrenador de Fernando González
-Director del proyecto "Masificando el Tenis"
-Creador de un canal de Youtube en el que enseña a los padres a preparar a sus hijos para sus primeras clases de tenis