Tras el cierre definitivo del fútbol chileno para 2019 por el estallido social, la
Universidad Católica fue proclamada campeón del Torneo Nacional y bajó su estrella número 14.
Este es el segundo bicampeonato de los cruzados, tras el obtenido por Mario Salas en 2016. Ahora el artífice en la banca fue otro: Gustavo Quinteros.
A pesar de llevarse el título, en la UC existe preocupación, según El Mercurio, por la continuidad del técnico de cara al próximo año, debido a la inestabilidad que vive el país.
El DT tiene contrato hasta diciembre de 2020, pero una cláusula de salida le permitiría salir anticipadamente del club por una baja indemnización. El citado medio dijo hace unos días que Quinteros estaba seguro de seguir en el club hasta antes de la crisis, pero que "ya no está esa certeza".
El 2019 de Quinteros
El técnico asumió la difícil tarea de reemplazar a Beñat San José a comienzos de este año. No era fácil tomar la banca cruzada, considerando el éxito del español y que la Copa Libertadores estaba a la vuelta de la esquina para los cruzados. Pero su reputado currículum, con pasos por la selección ecuatoriana y boliviana, podía darle tranquilidad a él y a los hinchas cruzados.
Y si bien en el concierto internacional la UC de Quinteros no pudo estar a la altura (eliminada en fase de grupos de Libertadores y posteriormente humillada en Sudamericana), en el ámbito local fue todo lo contrario.
No hubo quien pudo hacerle frente al bicampeón criollo. Y gran parte de eso se debe a este entrenador, que fue inteligente al no retocar muchas cosas del andamiaje que aceitó Beñat.
Conservó la base con Matías Dituro, Luciano Aued y José Pedro Fuenzalida, pero de igual forma le imprimió cosas de su ADN al equipo: Una de ellas el vértigo y más orden táctico, característica que con Beñat no se veía.
Católica en muchos partidos no sacó el pie del acelerador y cimentó varias goleadas en gran parte por esa hambre que le traspasó este entrenador, quien también destacó por el orden y manejo de grupo.
Además, le dio confianza y rescató a un jugador como César Pinares, quien venía precedido una pésima campaña en Colo Colo. Bajo el mando de Quinteros, el centrocampista encontró su mejor versión.
No cedió ante la presión de la hinchada de colocar a Diego Buonanotte, jugador que siempre aportó viviendo desde la banca. Otro gran mérito de Quinteros en ese sentido.
