Nació en Cuba, pero su pasaporte también exhibe la bandera de Chile, un país que lo recibió en la búsqueda personal de un mejor futuro deportivo que se ha traducido en varios éxitos.
Al igual que todos los chilenos, el luchador Yasmani Acosta ha sido testigo de un estallido social que se ha extendido por más de un mes y que da pocas señales de apagarse.
El medallista de bronce en los Panamericanos de Lima 2019 ha seguido el desarrollo de la crisis pese a estar en plena competencia. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana Acosta se proclamó campeón del Sudamericano de lucha realizado en el Centro de Entrenamiento Olímpico.
"Estoy muy contento. Es un buen antecedente para lo que viene en marzo. En esa fecha hay un panamericano en Canadá. Ahí los dos finalistas clasificarán automáticamente a Tokio 2020", cuenta a Emol el deportista de 31 años, quien se traza un objetivo para ese certamen. "Quiero llegar bien preparado a ese torneo y ganarlo".
Entrando en el análisis de la actualidad, Acosta cree que las demandas son válidas y reveló algunas situaciones que le ha tocado vivir desde que arribó al país.
10chilenos tienen asegurada su presencia en Tokio 2020. Acosta va por su chance en marzo de 2020
"Yo creo que el tema social es escuchar el pueblo. Hay personas que llevan tiempo sufriendo, todos quieren vivir bien y es algo que es necesario", confiesa.
- ¿Cómo es el caso de la desigualdad en el deporte federado?
- "Te puedo hablar de lo que me pasó a mí con un compañero en la lucha. Él para trasladarse y entrenar el CAR no tenía los medios. Se privaba por ejemplo de salir con su polola y ese dinero lo gastaba en trasladarse. Además, en el CAR al no tener la beca de alimentación, tenía que gastar aún más. Aún así seguía adelante y ahí uno ve el esfuerzo de cada uno, pero es difícil para algunos deportistas".
- ¿Qué debe cambiar para qué eso no siga ocurriendo?
- "El apoyo desde el inicio. Aquí en Chile se apoya con los resultados en la mano, no desde el inicio. Al comienzo es más difícil. A veces me da vergüenza cuando los niños se me acercan para decirme 'quiero ser como tú', 'quiero competir' y yo les digo que entrenen, que se esfuercen. Pero me doy cuenta que no basta eso, falta apoyo".
"Y tampoco parte de los padres, porque muchos papas no tienen lucas para mandarlos a entrenar. Falta que les den una Bip cargada para movilizarse o que almuercen gratis en el Car", agrega sobre este punto Acosta.
Acosta en acción en Lima 2019, donde obtuvo el tercer lugar.
- Tú vienes de Cuba, un país marcado por la política y lo social, y elegiste defender a Chile. ¿Por qué?
- "Yo me vine de Cuba porque quería surgir en el deporte, por un proyecto deportivo. Allá en la lucha grecorromana hay muy buenos competidores, como Mijaín Lopez (triple campeón olímpico). Solo competía a nivel panamericanos, pero quería competencias a nivel mundial y olimpica. Todos los países tienen cosas buenas y malas, pero en Cuba faltan más oportunidades. En Chile me duele ver a mujeres con niños en sus brazos pidiendo plata, porque pude ser yo o cualquiera de nosotros".
- ¿Qué harías tú para ir en ayuda de los niños cubanos y chilenos?
- "Me gustaría entrenar a los niños en las poblaciones, porque sé que tienen condiciones. Son rápidos, van por las calles corriendo. Tienen habilidades motrices para el deporte. Entonces me encantaría ser su entrenador y así generar un beneficio para la sociedad, porque si un niño llega al alto rendimiento después en el barrio se sabrá y así todos querrán practicar el deporte".
Es la mirada de este gigante de 1, 92 de estatura que entra en la recta final de su anhelada clasificación a Tokio 2020. Yasmani quiere ser otro criollo más en timbrar su boleto a Asia, pero también anhela ser un entrenador que le cambie el futuro a cientos de niños de sus dos patrias...