Clemente Seguel, velerista chileno de 20 años, está viviendo un año soñado. Alejado de los estudios para dedicarse 100% a su deporte, ha tenido un 2019 redondo, donde pese a salir a décimo en los Panamericanos de Lima, comenzó a cosechar lo que sembró hace recién algunas semanas.
Sí, porque en octubre en Split, Croacia,
entre 150 competidores de todo el mundo, el nacido en Temuco obtuvo el segundo lugar en el Mundial Sub 21 de Vela categoría Laser, quedando a solo a un punto del campeón en una infartante regata que se definió en los últimos metros. Pero esa condecoración sería solo la antesala de lo que vendría.
Seguel, el pasado sábado 30 de noviembre, se coronó en el Preolímpico de Río de Janeiro, colgándose la ansiada medalla de oro y consiguiendo la plaza olímpica para el país.
El chileno se toma un tiempo -aún desde Brasil y desbordando emoción por su logro- y le cuenta su historia a Emol.
¿Por qué vela?
El deportista, quien vive hace 15 años en la comuna de Algarrobo, Valparaíso, comenzó en la nevagación a vela con apenas 8 años.
"Estaba en un colegio en Casablanca, pero todo los miércoles había una hora de taller, en la cual yo elegí la vela. Era gratis. Los clubes de la zona dan las clases a todos los colegios. Probé, me gustó mucho y no paré hasta hoy".
El fútbol, el tenis o el básquetbol son los deportes más comunes entre los más chicos. Sin embargo, Seguel siempre tuvo una conexión con el mar, con la naturaleza. Y bueno, también la sangre tira.
Su padre, Ricardo, siempre ha sido un fanático de los deportes acuáticos. "Es el pilar fundamental de mi carrera", confiesa Seguel.
El subcampeón mundial Sub 21 añade: "Todos iban al taller de fútbol. Por más que me gustara mucho, opté por vela porque mi padre navegaba en Windsurf, como hobbie. Dije 'bueno, voy a probar, por algo será que a mi papá le gusta el mar'. Me iba a navegar, me gustó mucho la conexión con la naturaleza, veía animales, el mar. Ahí empezó todo".
- Me imagino que al practicar vela, tienes que tener una "relación" con la naturaleza y el mar...
"Uno tiene que tener una conexión bastante grande, fluida. Aparte de ser atleta, uno tiene que ser inteligente y entender cómo funciona la ola, la corriente, los vientos, el espacio geográfico. A medida que uno entrena y compite, se aprende más de esta comunicación con la naturaleza, que es una experiencia bastante enriquecedora".
Su primer trofeo fue el Campeonato Nacional de Escuela de Vela en Algarrobo 2009. Ese torneo fue el que le abrió la puerta para lo que vendría en su en ese entonces, prometedor futuro que hoy se cristaliza.
Vidal social y estudios
Regularmente en un joven de 20 años, los intereses pasan por las distracciones y la vida social. Pero en Seguel no. Como en muchos otros atletas de distintos deportes, la vela no es un caso aislado. Pero para él perderse eventos importantes, vale la pena.
"La vida social es otro sacrificio que uno tiene que hacer. Para que te hagas una idea, ahora en noviembre me perdí el cumpleaños de mi hermano, de mi mamá, en septiembre el de mi papá, ahora yo estuve el 23 y lo canté, pero no hice nada más porque estaba concentrado para este evento. Pero es un sacrificio y lejos, por lejos, vale la pena. Una vez que crucé la meta y conseguí ese cupo, todo lo anterior no se compara a la sensación de ganar".
Seguel estudia Ingeniería Comercial en la Universidad Católica. Sin embargo, en todo este año no ha asistido a clases. La razón es bien simple: La vela.
"Suspendí todo el 2019. Sabía que si no me dedicaba tiempo completo, iba a ser muy difícil lograr lo que quería". El algarrobino apostó por lograr la plaza olímpica. Y lo consiguió.
Ahora, la pregunta que surge es si, con todos los desafíos que tiene por delante, Seguel retomará sus estudios en 2020. Entre risas, responde que "lo tengo que ver con mi equipo, con la Universidad y será a la vuelta de vacaciones".
Siendo realistas, los objetivos de Seguel están claros. Ganar el selectivo nacional, ir a Tokio 2020 y continuar con su preparación para, como él le llama, el "megaevento": Santiago 2023.
La plaza olímpica
En Vela, como en algunos otros deportes, el que gana la plaza olímpica no es necesariamente quien compite. Seguel ganó el cupo, pero deberá luchar por él. ¿Cuándo? En un selectivo nacional, -lo más probable es que sea en Algarrobo- entre enero y marzo del 2020.
No obstante, el algarrobino no se queja y lo ve como una oportunidad para seguir creciendo y mejorando.
"En todos los países de Sudamérica es así. Lo encuentro correcto, si uno es capaz de ganar la plaza, uno también tiene que ser capaz de ganar el selectivo nacional. Por otro lado, esto aumenta la competencia en Chile, lo cual es muy positivo porque hará que harta gente intente ir y obtener ese privilegio de representar a Chile en los Juegos. Hará que la gente entrene y entrene y se va a exigir más, por tanto el nivel va a subir y eso le viene bien a los navegantes en Chile".