Espectacular... Por primera vez en su carrera, Cristian Garin se adjudica un ATP 500, después de este domingo consagrarse campeón en Río de Janeiro.
En la final venció al italiano Gianluca Mager (128°), quien llegaba inspirado al duelo por el título, luego de dejar en el camino incluso al austríaco Dominic Thiem.
No fue un partido sencillo para la primera raqueta nacional, que no mostró su mejor tenis, pero sí dio una enorme muestra de carácter ante la adversidad.
Lo ganó por 7-6 (3) y 7-5 en una hora y 34 minutos de partido.
"Gago" tenía enfrente a un rival que venía de la mejor semana de su carrera.
Con esto,
Garin llega en estado de gracia al Abierto de Santiago. El de Río de Janeiro es su segundo título consecutivo, cuarto de su carrera, y este lunes aparecerá en el top 20 del ranking mundial.
Así fue la histórica final
Garin no pudo tener un mejor inicio de partido: quebró en el primer game. Sin embargo, Mager no se derrumbó y poco a poco fue ganando confianza. Sacaba con mucha potencia y sus devoluciones profundas obligaban a Garin a retroceder y a comenzar cada punto a la defensiva. Finalmente, logró emparejar el marcador y casi consigue otro rompimiento. Hubo que ir al tie break y en ese momento de tensión el nortino mostró los colmillos. Lo ganó 7-3.
Pese a que llamó al médico por molestias en su pierna derecha, el europeo se mantuvo afinadísimo en el segundo parcial. Apostaba por tiros arriesgados y veloces que asombraban a los espectadores en el Court Guga Kuerten.
La frustración era evidente en el rostro de Garin, más aún cuando su rival le quebró y se puso 1-3 arriba. Tal como en el primer parcial, el "Tanque" no lograba sacar a relucir lo mejor de su arsenal y parecía que en cualquier momento podía sufrir otro revés. Su gran mérito fue mantener la cabeza fría y luchar cada pelota hasta el final. Así fue ganando la batalla mental.
Logró recuperar el quiebre y poner el marcador cinco iguales. A Mager, por primera vez en el partido, se le notaron los nervios y un par de errores no forzados permitieron la segunda ruptura consecutiva de Garin para liquidar el encuentro.