EMOLTV

Tuvo que escapar a escondidas de su país: El infierno que vivió y la historia de Nadia Comaneci, la gimnasta del 10 perfecto

Brilló en los Juegos Olímpicos de Montreal, pero luego su vida pasó a estar absolutamente controlada por el régimen de Rumanía.

06 de Junio de 2020 | 22:04 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
imagen

Hizo historia.

AFP
Nadia Comaneci miraba con concentración las barras asimétricas y se echó a volar. Lo que vino después fue una exhibición de potencia, velocidad y fuerza. Una serie de movimientos ejecutados con gracia de artista y precisión geométrica. Por primera vez en la historia, una gimnasta obtenía un diez perfecto y lo hacía nada menos que en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976. Esa encantadora niña de 15 años, que venía de la misteriosa Rumanía, repitió la hazaña en otras seis pruebas de la competencia.



"El 10 no era mi objetivo. Era muy joven y no fui consciente de lo que suponía", expresó en entrevista con el diario ABC de España.

Comaneci pasó a ser una figura mundial y, también, un instrumento de propaganda del régimen comunista de Nicolae Ceausescu. Le dieron una casa, un fiat, una pensión estatal y un montón de honores patrios. Se mandaron a imprimir miles de pancartas con su rostro y se la nombró "héroe del trabajo socialista".

Estaba cumpliendo todos los sueños que tenía desde que vivía en el pueblo de Odeste y comenzó a trabajar bajo el ojo clínico de Bela Karolyi. El entrenador tenía fama de duro, pero para Comaneci no era un problema. Si le pedía que hiciera cinco ejercicios en la barra, ella hacía siete.

Sin embargo, los días de felicidad poco a poco se fueron trizando hasta quedar completamente en el olvido. Se sentía cautiva. Le revisaban la correspondencia, las llamadas telefónicas y cada vez se le ponían más trabas para salir del país a competir. La revista Newsweek publicó que a los 15 años se trató de suicidar bebiendo lejía y que tenía una relación bastante turbulenta con el hijo de Ceausescu. Ella lo negó todo.

Llegaron los Olímpicos de 1980 y todas las miradas estaban puestas en la "hija de Montreal". Pero pese a que obtuvo dos oros y dos platas, en Rumanía se dijo que era un fracaso rotundo. Con 19 años decidió retirarse definitivamente.

En 1981 Bela y su esposa Martha, que estuvieron con ella toda su carrera, desertaron en una gira por Estados Unidos. Ceausescu temió que Comaneci hiciera lo mismo e intensificó la vigilancia sobre ella. Tuvieron que pasar ocho años para que pudiera escapar.

"Mi vida es muy complicada. ¿Interesante? No para mí, pero sí probablemente para mucha gente. He aprendido muchas cosas y he sobrevivido a otras tantas. El régimen comunista hizo que huyera de mi país", ha comentado.

Caminó toda la noche por un espeso bosque, con el lodo hasta las rodillas y siguiendo los pasos de un mercenario. Cuando logró llegar a la frontera con Hungría, se salvó del control policial con documentos falsos y la subieron a un vehículo que la condujo hasta Austria. Desde ahí tomó un avión a Estados Unidos para empezar una vida nueva.

Un mes después de su escape, en el día de navidad, Ceausescu y su esposa fueron ejecutados por la revolución con que se abolió su régimen. "¿Si me hubiera quedado de saberlo? Claro", ha dicho Comaneci.

Se quedó para siempre en EE.UU. Allá maneja una academia de gimnasia y tiene un hijo: Dylan. A veces también ha trabajado como comentarista para algunos eventos. No le gusta hablar mucho de su pasado, pero tiene claro que ha vivido acontecimientos extraordinarios. "Han pasado tantas cosas en mi vida que probablemente necesitaría dos películas".
EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?