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El caos que ha azotado por años a la Segunda división, el "invento" de la era Jadue que sigue penando y en "abandono"

La categoría se creó en 2011 como uno de los grandes proyectos del calerano, sin embargo, siempre ha estado entre sombras y agonizando. Ahora con la pandemia otra vez convive con la palabra crisis.

14 de Junio de 2020 | 15:02 | Redactado por Claudio Ortega, Emol
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Jadue fue el creador de una categoría que ha vivido en penurias y problemas.

Emol/Agencias
Las penurias, problemas y polémicas han marcado la historia de la Segunda división. Las palabras crisis y caos han azotado por años una categoría que estaba llena de grandes promesas.

Una dura carta compartida esta semana y firmada por los 12 elencos que la componen, no hizo más que volver a reflotar una cruda realidad. "Abandono" y "aberrante discriminación" fueron algunos conceptos utilizados para graficar algo claro: La categoría siempre ha estado agonizando. Nada nuevo.

Es que la Segunda nunca ha logrado salir a flote. El gran "invento" de Sergio Jadue, según su administración para "salvar a los clubes", ha naufragado desde su cuna. Incluso, desde su gestación en 2011.

Antes de salir a la luz todo arrancaba mal. El calerano cambiaba de golpe las reglas y de paso derrumbaba los sueños de los cuadros de Tercera. El último en tener el ascenso directo a la B era el Barnechea de Mario Salas y desde ese momento el resto debía luchar con una nueva división entremedio para llegar al balompié rentado. Por eso la réplica de la ANFA era inmediata.

2012 nace oficialmente la Segunda división
El organismo del fútbol amateur se oponía a la creación de la categoría, incluso iba hasta la FIFA y "amenazaba" a todos sus afiliados: Quienes postularan a la nueva división y no quedaran seleccionados, tampoco podrían volver a Tercera. La advertencia lograba que varios conjuntos descartaran su ingreso y así la "obra" de Jadue tambaleaba. Sin embargo, el ex dirigente no estaba dispuesto a fracasar.

Siguió adelante con su "gran proyecto" y a duras penas sacó adelante la liga. ¿Cómo? Con sólo seis clubes (Melipilla, Deportes Temuco, Fernández Vial, Iberia, Copiapó y Provincial Osorno) y otras cinco filiales de algunos conjuntos de la A y la B (Audax, Colo Colo, Rangers, Unión Española y San Felipe). En marzo de 2012 nacía oficialmente la Segunda profesional y en 2014 ya "desaparecían" las escuadras filiales.

Pero a los pocos meses vendrían los líos. Ese mismo año varios equipos mostraron problemas para cumplir con los requisitos económicos y recibieron un ultimátum: O pagaban o eran expulsados. Varios sacaron adelante las cuentas como pudieron, pero Osorno no lo logró y finalmente fue desafiliado. "Este torneo es un fracaso", lanzaba por ese entonces el timonel de los sureños.

También se creaba una especie de "barrera" para llegar a la B, pues quien saliera campeón debía pagar 1200 millones de pesos para ascender. Monto increíble para equipos que no recibían dineros de la ANFP (esa cifra se rebajó a la mitad recién en 2018 gracias al reclamo de Valdivia). De esa forma se creaba un cerco y, según decían, se podía "controlar y proteger a los equipos que por ese entonces recibían las platas del CDF". Casi un blindaje.

"Jadue nos dijo 'cerremos esto aquí con los 32 que somos. Que nadie más entre. Por algo somos los dueños del fútbol chileno'", contaba a Emol en 2015 el timonel de San Marcos de Arica, Carlos Ferry, quien estuvo presente cuando el consejo aprobó la creación de la categoría.

Mientras, el proyecto del ex timonel del balompié criollo avanzaba y las críticas eran cada vez más constantes. "La ANFP armó un campeonato de mentira", lanzaba el capitán de Arturo Fernández Vial, Edgardo Abdala. Los cuestionamientos se multiplicaban, pero Jadue no aflojaba. "Este torneo seguirá tal como estaba planificado", afirmaba el calerano. Y así fue...

Nada cambia...


Desde la creación de la división han pasado ocho años y la categoría ha ido de mal en peor, a tal punto que la pandemia por el coronavirus ha hecho ver su cara más lamentable: Jugadores sin sueldos y realizando "maniobras" para poder generar ingresos.

El historial suma y sigue. Instituciones en venta, desafiliadas y otras haciendo lo posible para sobrevivir. Muchas cumplen y mantienen al día a sus funcionarios, pero ya hay momentos que el presupuesto no da y la ayuda de la ANFP no llega.

Colchagua arribó en 2014 a Segunda y es una de las más instituciones antiguas, por ende, su presidente Jorge Salazar asegura conocer mejor que nadie la realidad de la división.

"Hasta cuándo vivimos todo esto. Hay miradas egoístas, de ayudar solamente a unos clubes y no algo colectivo. La solución es arreglar esto un poco, sacar una pequeña tajada del CDF, que nos den una mano en lo económico, no pedimos grandes montos, sólo una ayuda concreta para no seguir a la deriva", dice.

"He pasado por tres presidencias y ninguno ha hecho algo para cambiar esto, todo sigue peor. No queremos pelear, solo queremos dejar de estar abandonados. Queremos que nos echen una mano. La Segunda es una gran ayuda para el fútbol, tiene activos, jugadores propios, un logo, divisiones inferiores. Es mucho mejor que el fútbol amateur en varios puntos, pero se necesita ayuda para que salga adelante", agrega.

En noviembre del año pasado, tras el estallido social, los elencos de la A y de la B se comprometieron en ir en ayuda de la alicaída categoría en un "gesto de solidaridad" aflorado por la crisis. Pero a día de hoy ese aporte (cerca de 9 millones de pesos) no ha llegado. Es más, afirman que tampoco llegará.

"En marzo nos dijeron que ese aporte sería imposible porque todos los equipos ya tenían hechos sus presupuestos y las platas estaban asignadas. Además nos dijeron que a futuro tampoco lo darían", cuenta Salazar.

Ahora último sumaron nuevos inconvenientes. Los clubes quieren volver cuando la pandemia lo permita, pero para ello necesitan "una mano" para cubrir los gastos extras para cumplir con los requerimientos sanitarios. Y de momento la ANFP no ha dado muestra de ello. Es más, manifiestan que desde el ente quieren hacer ver que los equipos no desean volver a jugar esta temporada.

"Hacemos todos los esfuerzos de autogestión, pero hay un límite. Necesitamos garantías de la ANFP. Si ellos quieren cortar la división para no entregar recursos, que lo transparenten, pero que no nos involucren a nosotros", sostiene el timonel de Concepción, Víctor Tornería.

Es la cruda realidad de una división que nació de la mano de Jadue y que nunca ha podido ver la luz. Hoy sigue entre penumbras y cada vez más golpeada.
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