El momento en que el lateral derecho es retirado del campo.
Twitter
El de Chile 1962 es calificado como uno de los mundiales más violentos de la historia. El episodio más recordado es la famosa "Batalla de Santiago", en la que Leonel Sánchez mostró dotes de boxeador ante Italia, pero no es el único. En Arica ocurrió un hecho dramático.
La Unión Soviética y Yugoslavia se enfrentaron en el Carlos Dittborn por la primera fecha de la fase de grupos. Se preveía un partido caliente. La rivalidad entre ambos equipos tuvo su origen en la política y luego pasó al plano deportivo. En la final de la Eurocopa 1960, la URSS remontó y se terminó consagrando en el alargue por 2-1. Había rencillas y cuentas por saldar.
Iban pocos minutos del duelo cuando al yugoslavo Muhamed Mujic le entraron con todo y quedó con un profundo corte en su tobillo. Pese al dolor, el delantero volvió a la cancha. Solo pensaba en vengarse.
El marcador estaba 1-0 en favor de los soviéticos y quedaba poco para el final de la primera mitad. El lateral derecho Eduard Dubinski salió a despejar y cuando la pelota ya no estaba en juego, Mujic le dio una patada terrorífica que le fracturó la tibia y el peroné. El árbitro, Albert Dusch, ni siquiera marcó la falta, pero los propios compañeros de Mujic y el cuerpo técnico de Yugoslavia le pidieron que lo expulsara. Se había pasado. Terminado el torneo, la Federación le prohibiría jugar por la selección.
El partido se siguió jugando y lo ganó la Unión Soviética por 2-0. El parte médico demuestra la violencia que hubo en Arica. En el elenco ganador, además de Dubinski, Metreveli terminó con 12 puntos en la ceja y Ponedeljnik sufrió un fuerte traumatismo en el tobillo. Por parte de los yuvgoslavos, a Matus le rompieron el tabique nasal.
Dubinski había trabajado mucho para labrarse un nombre. No era técnicamente brillante, pero sí muy eficiente y cumplidor. El ucraniano debutó en el ODO Kyiv, luego pasó al ODO Sverdlovsk y llamó la atención del CSKA Moscú. El equipo rojiazul no vivía su mejor época, pero aun así el lateral se las arregló para hacerse un lugar en la selección a sus 27 años.
Doce meses estuvo en recuperación por la patada de Mujic. Volvió, pero nunca al mismo nivel y deambuló por varios equipos. En 1968 le fue diagnosticado un sarcoma a causa de la mala curación de la herida en su pierna derecha. Lo operaron sin éxito y a los médicos no les quedó otra alternativa que amputarle la pierna. Solo un año después, cuando tenía 34, murió por las complicaciones derivadas de su cirugía. Todo por un arrebato de ira.