Curicó Unido perdía 1-0 contra la Universidad de Concepción y se cobró tiro libre en favor de los torteros. Jens Buss voló como una flecha al punto penal. Durmió a los centrales y metió un cabezazo pegado al palo.
Era su primer gol como profesional, lo mejor que le ha tocado vivir en el fútbol según sus propios palabras.
El lateral derecho de 23 años parece serio, demasiado a veces. Es hijo de padre alemán. De sus raíces germanas afirma que heredó lo "cabeza dura", lo terco. Esa tenacidad terminó por torcer una historia que parecía improbable y que tiene vínculos con Arturo Vidal y la Universidad Católica. El 2018 estaba jugando en Tercera División. Hoy es figura del Torneo Nacional y ha estado en la selección chilena.
"Yo siempre quise esto, lo soñaba desde chico. Pero cuando estaba en tercera división trataba de no imaginármelo siquiera. Lo sentía muy lejano en ese momento. Mi primer contrato lo tuve a los 21 años, casi 22, eso es tarde. Cuando fui al Rodelindo Román, dije que me iba a seguir esforzando, sentía que solo necesitaba una oportunidad. Me la tenía que ganar. Siempre trataba de no pensar en dejarlo, porque te estás retirando tú mismo, pero obviamente me ponía un plazo. No iba a estar hasta los 30 años. Dije que hasta como los 25 y ahí vería si estudiaba o no", le cuenta a Emol.
Buss llegó a los nueve años a las inferiores de la UC. Formó parte de la misma generación que encabezaban Jeisson Vargas, Jaime Carreño y Francisco Sierralta.
Fue quemando etapas hasta que en la sub 16 lo echaron. La primera valla a superar. Una prueba de carácter.
"Parte de las razones que me dieron es que era muy chico de porte y en ese momento era súper flaco. Tenía crecimiento tardío. Me dijeron que necesitaba madurar y que no iba a tener cabida en el equipo", recuerda.
Se fue a Santiago Morning y luego se le abrieron las puertas de Colo Colo. Pero estando en pretemporada con la juvenil sufrió una grave lesión de rodilla. Se le desprendió parte de la rótula. La operación fue exitosa, aunque lo dejó un año parado. Volvió a intentarlo en Palestino y también en O´Higgins. Si bien valora ambas experiencias, no logró consolidarse.
Su papá comenzó a enviar correos a distintos clubes de Europa pidiendo una oportunidad. A lo que saliera. Respondió uno de la tercera división de Holanda.
"Fuimos, no perdíamos nada y me iba a ayudar. Estuve tres semanas, me vio un equipo de segunda que era del mismo pueblo y me quería ver para la sub 23. Tuve la posibilidad de quedarme, pero decidimos volver a Chile, por esas cosas de la vida. Tampoco me iban a pagar. Tenía que quedarme sin dinero", expresa.
Estando acá, un día leía el diario. Se encontró con un artículo que hablaba de Rodelindo Román, el club de Arturo Vidal. Medio en broma le dijo a su papá que podría ir. Con el paso de las horas lo pensó mejor. Estando el "Rey" iba a tener una gran posibilidad de mostrarse. Fue a probarse y lo dejaron.
Jugó para el club de San Joaquín todo el 2018. Cerca del final de temporada, le dijeron que Jaime Vera, por entonces DT de Curicó, lo había ido a ver y que le gustó cómo se desempeñaba por la banda.
"Arturo Vidal lo conoce, me dijo que era una máquina. Cuando en el fútbol te dicen eso es porque se trata de un jugador que tiene buenas características físicas e ida y vuelta. Mejor aval, no podía tener", comentó el "Pillo" en dicha ocasión.
Buss al principió sintió el rigor de la Primera División. Sufrió para adaptarse y con una lesión que lo tuvo dos meses parado. Sin embargo, resistió. Otra vez. "Si me dicen que no puedo, no los escucho", asegura. Actualmente es fijo en un equipo que lucha por conseguir una histórica clasificación a un torneo internacional.
Reinaldo Rueda convocó al lateral a un microciclo de la selección. El futbolista aclara que no es para ilusionarse, que solo estuvo una vez y que tiene que seguir trabajando. Siempre tienen en la cabeza todo lo que le costó consolidarse. Pese a su corta edad es un caminante del fútbol que transita con serenidad el universo de la pelota.
