Walter Montillo jugó su último partido con la Universidad de Chile y se retiró del fútbol profesional. Sin embargo, el adiós ha estado marcado por la polémica. Reclama que el trato que le dio la dirigencia fue malo. "Me cansé de estar mendigando", afirmó el sábado pasado, tras el triunfo ante Antofagasta.
El argentino volvió a hablar sobre el tema. Apuntó al gerente deportivo Rodrigo Goldberg, al presidente Cristian Aubert y a Carlos Heller, el hombre de más poder dentro de la concesionaria Azul Azul.
"Con el único que me sentaría a tomar un café es con Sergio Vargas. Creo que fue el único que no salió a hablar con la prensa y me respetó. Me enojé con él porque no me defendió. Pero ellos tenían miedo que yo tirara mierda para dentro y si te pido es que quiero tomarme un café con Heller, para saber porque nunca me quiso. Entonces a Sergio le pediría un café, pero con los otros no tengo nada que hablar", dijo en entrevista con radio Futuro.
Montillo recordó que luego de anunciar su decisión, le hicieron una nueva propuesta para que siguiera en el club.
"Cuando dije que me retiraba, me trajeron de vuelta una propuesta como 'manotazo de ahogado' y así no son las cosas", agregó.
"Si me dices que la U tiene 25 millones de dólares de renombre, está perfecto. Pero la U está pasando por un tema económico difícil, pero si tres cuatro jugadores grandes jugaron todos los partidos y jugamos tan bien no lo entiendo", agregó.
Walter Montillo fue pilar del equipo mientras estuvo en Hernán Caputto. Formó una dupla letal con Joaquín Larrivey. Con la llegada de Rafael Dudamel, y en medio del conflicto con la dirigencia, pasó a estar relegado al banco en varias ocasiones.
"Yo creo que mi vuelta a la U viene por Hernán Caputto. Se jugó el pellejo para que yo vuelva y a mi me pusieron muchos "peros". Lo que más me llamó la atención, es que yo no les pedí que renovaran y hasta la llegada de Rafael. No sé quién bajó el dedo, pero el entrenador (Dudamel) no quería que siga o no le gusta los de mayor edad o habría hecho mucho más. Me tocó escuchar mucho más, y me las banqué hasta hoy. De que mi GPS no era para jugar los 90's, incluso me tocó entrenar con el tercer equipo", comentó.
"En los últimos partidos jugamos los más grandes y de 52 puntos jugué 48, pero las decisiones son en conjunto. Lo más lindo para el jugador, es que alguien del club te diga directamente que es y porqué, en mi caso nadie me dijo nada de mi retiro. Cuando dije que me iba, le solucioné un montón de cosas a la gente de adentro, y mis compañeros no tenían porque comerse las manifestaciones de los hinchas. Pero de quién vino la decisión, no tengo claro quién fue. Si los dirigentes piensan que uno termina un ciclo, no hay que esconderse hasta el final", añadió.
El enganche, que pasó por Santos, Cruzeiro y la selección trasandina, recibió un mensaje de Neymar tras el despido.
"Me han valorado más afuera que en el club donde quería estar. La dirigencia o nunca quiso que yo venga o era una piedra en el zapato. ¿Por qué conmigo? Si yo la verdad no le pedí cobrar mucho ni nada, entonces todo me deja tranquilo por las decisiones que yo no acepto pero hay que tomarlas de donde vienen", cerró.
