Simón Guerra mira hacia atrás y exhibe una sonrisa socarrona. Hoy, con 25 años, vive del vóleibol, juega en el mítico Barcelona de España y es uno de los puntales la nueva camada de la selección chilena. Cuando chico nunca lo imaginó. Ahora, incluso, ya planifica lo que quiere hacer de su vida cuando se retire de la actividad y cada paso que da lo hace pensando en su futuro próximo.
A Guerra realmente no le gustaba el vóleibol. Definitivamente no. "
A mí me cargaba, yo lo odiaba", cuenta entre risas el oriundo de Tongoy a Emol.
¿Entonces cómo parte su historia con este deporte?
"Partí castigado, repetí sexto básico, así que mi vieja me dijo 'ya, castigado todo el verano a jugar vóleibol. Te vas a levantar todo el verano a las 8 de la mañana y vas a jugar vólei'. Así partí, y me fui enganchando, después me llevaron a un campeonato. Más por lo social, en los torneos nos quedábamos todos en un colegio, mujeres y hombres, entonces entretenido. Agradezco repetir".
Lo cierto es que desde que ocurrió eso, han pasado largos años y hoy Guerra vive sus días en Barcelona y es pieza clave en la selección. Además, deja en claro que su vida no es solo vóleibol.
La vida en Barcelona y la música, su otra pasión
Guerra arribó al Barcelona en 2020. Pero, a diferencia de lo que podrían pensar muchos, el equipo no tiene la repercusión que sí tiene en el fútbol, por ejemplo. "El Barcelona del fútbol es la elite del mundo, el del vólei casi siempre ha estado en Primera, pero tampoco la liga española de vólei es de las mejores de mundo como la del fútbol", explica.
La temporada no fue buena. Tuvieron muchos problemas: Contagios de covid, despido de jugadores importantes y más. Pelearon el descenso hasta las fechas finales con gallardía, pero no les alcanzó. Perdieron la categoría. Ya avisó que lucharán por volver y devolver al club donde se merece.
¿Y cómo es su vida allá? El tongoyino vive en un departamento con un compañero griego. Le encanta la ciudad. Pese a todas las restricciones por la pandemia, dice que en Barcelona no se pasa mal. Entrena seis días a la semana en turnos de dos horas a la mañana y en la tarde. En el tiempo que le queda libre, estudia. Y es que el seleccionado sabe que el vóleibol no es para toda la vida y ya planifica lo que será su futuro, o más bien, también su presente.
La música electrónica es la segunda pasión de Guerra. En específico el "house". Siempre le gustó, y a los 19 se compró su primera máquina. Aprendió a tocar, y se entusiasmó: "Después supe que también se podía hacer música en el computador, y me metí en Santiago a estudiar. Hice el primer curso, fueron seis clases, y empecé a cachar que igual le pegaba, a la gente le gustaba lo que hacía, y dije 'a mí siempre me ha gustado la música, voy a dedicarle más tiempo'".
Luego, cuando fichó en el Netzhoppers de Berlín, Alemania, aprovechó. Berlín es la capital de la música electrónica y bien lo sabía Guerra. Hizo un curso con profesores residentes de los mejores clubes de la ciudad que ya habían publicado en tremendos sellos a nivel mundial (Noisy Academy Berlín).
"Aprendí un montón. He publicado ya dos veces con Toolroom récords, sello que es lo mejor que hay. Me quiero dedicar a esto apenas termine mi carrera".
"El vólei es la tremenda ayuda y lo que da mi sueldo, lo necesito para seguir estudiando, para pagar el arriendo. Lamentablemente no te da como por ejemplo los futbolistas que invierten en departamentos, entonces no sé si a los 30 voy a seguir tan enganchado"
Simón Guerra
Guerra ya es productor musical, toca en eventos y ahora, además, está haciendo un preuniversitario online, en los tiempos libres que le deja el vólei. Dará la "PSU española", como él le dice, para estudiar ingeniería en sonido y seguir empapándose de lo que quiere hacer una vez terminado su viaje en el deporte.
- ¿Ya deseas quedarte en Barcelona entonces?
"Si todo sale bien y puedo estudiar acá toda la carrera, me quedaré jugando acá. El vólei es la tremenda ayuda y lo que da mi sueldo, lo necesito para seguir estudiando, para pagar el arriendo. Lamentablemente no te da como por ejemplo los futbolistas que invierten en departamentos, entonces no sé si a los 30 voy a seguir tan enganchado".
Según cuenta Guerra, salvo las principales ligas del mundo, generalmente los jugadores estudian aparte del vóleibol o derechamente trabajan en paralelo. Él sabe que la carrera podría ser corta y no quiere verse de brazos cruzados una vez todo acabe. "No quiero llegar a los 30 y quedarme sin vólei y no saber qué hacer. Como entrenador no me veo".
Lo cierto es que Simón TG -su nombre como DJ y productor- ya ha publicado con el sello chileno "House Heroes". Con ellos sacó su primera canción, la que quedó 17 del ranking mundial de House. "Es heavy, ahí dije que tenía dedos para el piano. Ya que entre en el top 100 del mundo es destacable, y estuve 17 harto rato".
Guerra se pone metas altas. Ya empezará a sonar en radios en Barcelona y su sueño es tocar en Ibiza. En Santiago estaba tocando más regular, y este año quería hacerse más conocido en Chile, España y el mundo, pero la pandemia cortó sus posibilidades. De igual forma, los sellos con los que trabaja le suben su prestigio y sabe que su momento llegará. Por el momento, tiene su mente enfocada en el Barcelona. Deportista ante todo. Por ahora.
La selección
Guerra integró todas las selecciones menores de la selección chilena, en donde coincidió con otros actuales valores como el capitán Dusan Bonacic y Matías Banda y Gabriel Araya, entre otros.
El central de 2 metros de altura cree que el presente del vóleibol chileno es de excelencia. "El momento que tiene la selección chilena es el mejor de la historia, porque tenemos un equipo que de los 14, 7 son profesionales jugando en el extranjero, y tenemos todos 24-25 años. Un ciclo olímpico más podemos tener. Es súper prometedor lo que viene", apunta.
Y así es. Los dirigidos por Daniel Nejamkin vienen rompiendo la historia. Consiguieron una clasificación a Juegos Panamericanos después de 40 años y además, fueron terceros en el Sudamericano luego de 28 temporadas. ¿Cómo no ilusionarse?
"El momento que tiene la selección chilena es el mejor de la historia, porque tenemos un equipo que de los 14, 7 son profesionales jugando en el extranjero, y tenemos todos 24-25 años"
Simón Guerra
Este 2021 las competencias no paran para la selección. Tienen tres torneos: Panamericano específico, Sudamericano y una Challenger Cup. Guerra aún no sabe a ciencia cierta cuándo serán las fechas, pero todo indica que entre junio y septiembre.
"El Sudamericano da dos cupos al Mundial adulto de 2022, y Chile nunca ha clasificado a uno en su historia, es también súper importante. Pero a nivel de juego, los juegos Panamericanos (2023) y más en casa es un macro evento que se viene y no está tan lejos, es en dos años".
En el Preolímpico que se llevó a cabo en 2020 en Chile, los nacionales no pudieron clasificarse. Sin embargo, el rating estuvo por las nubes y el Monticello se llenó cada vez que jugó la "Roja".
Para Guerra, la cobertura siempre podría ser más. "Sería tremendo que ahora que se demostró que harta gente nos vio, que cuando juguemos afuera, puedan transmitir nuestros partidos. Se vio que les interesa (a la gente), está demostrado que es un deporte súper entretenido, y mi opinión viene de muy cerca, pero jugamos bien, no es que vas a ver a un grupo de muertos perder 25-0 todos los sets, cachai'".