Tras brillar en Brasil, Elías Figueroa volvió al fútbol chileno en 1977 para jugar con Palestino y
al año siguiente fue campeón del Torneo Nacional con los árabes.
"Me llevaron para ser campeón, siempre me acostumbré a ser campeón. En Brasil lo mismo, gané todos los torneos gaúchos, campeonatos nacionales, etc. Pero lograrlo en casa, fue una alegría inmensa", declaró en entrevista con TNT Sports.
"Cuando volví, les dije que venía a ganar, no a pelear últimos lugares. Y se creyeron el cuento. Además, había buenos jugadores. Me encariñé mucho con Palestino porque hicieron un sacrificio muy grande, yo quería volver", agregó.
Los tetracolores jugaron el último partido del Torneo 1978 contra Colo Colo. En la previa, Figueroa se fracturó la mano. Fue una lesión grave, pero jugó igual.
"Me fracturé la mano y me enyesaron. Me dijeron que no iba a poder jugar. Yo quería jugar y pedí que me sacaran el yeso. Me pusieron una venda adhesiva y jugué con la mano fracturada, porque sabía que teníamos que ganar. Al día siguiente los niños imitaban y jugaban con la mano vendada, como moda", comentó quien para muchos es el mejor futbolista de la historia de Chile.