El Bayer Leverkusen es el equipo sensación de Europa esta temporada. Es el líder de la Bundesliga, no ha perdido ni un solo partido en 27 fechas y le saca 13 puntos de ventaja al poderoso Bayern Múnich.
Los hinchas están esperanzados. El club no ha ganado nunca el campeonato local y cuenta con un palmarés modesto. En 120 años de existencia, solo ha conquistado una Copa UEFA (1988) y una Copa de Alemania (1993).
Ha tenido oportunidades para sumar trofeos, pero siempre le ha faltado algo en los momentos decisivos. Debido a un triste historial de derrotas se ganó un cruel apodo: "Neverkusen", el equipo que nunca gana.
El elenco renano estuvo cerca de la gloria el año 2000. Llegó a la última jornada de la Bundesliga como líder y le bastaba un empate frente al Unterhaching para quedarse con el título. Sin embargo, todo salió mal. Michael Ballack hizo un autogol y las "aspirinas" finalmente perdieron 2-0. El Bayern aprovechó el traspié y fue el campeón.
Dos años después, el Leverkusen nuevamente se encaminó al éxito. Armó un equipo con grandes figuras. Además de Ballack, destacaban Lucio, Zé Roberto y Dimitar Berbatov. Pudo conseguir un histórico triplete, sin embargo, todo se derrumbó en solo 11 días.
A falta de tres fechas para el final de la Bundesliga, iba líder con cinco puntos de ventaja sobre el Dortmund, pero sufrió dos derrotas consecutivas y el Borussia lo aprovechó.
Solo una semana después de perder el título de liga, se midió en la final de la Copa de Alemania con el Schalke. Si bien arrancó ganando, terminó siendo superado y perdió 4-2.
Pero a ese plantel aún le quedaba la Champions. En el certamen continental superó a clubes como Arsenal, Juventus, Liverpool y Manchester United. En la final esperaba el Real Madrid. Fue un duelo apretado contra los merengues. Una colosal volea de Zinedine Zidane hizo la diferencia y dejó al cuadro germano sin nada.
"¿Qué clase de Dios tiene el fútbol que ha castigado con tanto sufrimiento el gran esfuerzo que hemos hecho?", declaró apesadumbrado el técnico Klaus Toppmöller.
Desde ese 2002, el Leverkusen cayó en otras dos finales. En la Copa de Alemania 2008-09, con Arturo Vidal en cancha, perdió contra el Werder Bremen.
Y en la Copa alemana de la temporada 2019-20, con Charles Aránguiz siendo una de las figuras del equipo, se inclinó ante el Bayern.
Pero actualmente el Leverkusen tiene la oportunidad de enterrar su leyenda negra. No solo es puntero en la Bundesliga. En la Europa League está en cuartos y jugará contra el West Ham. En la Copa, en tanto, se clasificó a la final y se verá las caras con el Kaiserslautern, un cuadro del ascenso, el 25 de mayo en el Olímpico de Berlín.
De la mano del técnico Xabi Alonso, se anima a soñar.
