El pasado 29 de enero, Gonzalo Lama sorprendía al anunciar su retiro del tenis. El "León", con 30 años, decía basta y terminaba su carrera, una en la que supo ser 160 del mundo, pero que no terminó de despegar debido a sus constantes problemas físicos.
Fue homenajeado en la serie de Copa Davis ante Perú en emotivo acto en el Court Central del Estadio Nacional.
Sin embargo, el chileno no iba a dejar la actividad totalmente. Tomó otro rumbo y se unió al cuerpo técnico de
Cristian Garin, quien entrenaba con Paul Capdeville y que no pasaba por un buen momento tenístico.
Lama ya se vio con el nortino en el ATP 500 de Río, a finales de febrero, torneo en que el nacional perdió en segunda ronda.
Pese a unas semanas dubitativas, en las que no podía enrielarse, "Gago" empezó a ganar.
Con Lama en su box y sin presencia de Capdeville, Garin tuvo su gran primer torneo en el ATP 250 de Estoril, certamen que arrancó el 1 de abril.
Alcanzó semifinales, mostrando un tenis aguerrido y cometiendo muchos menos errores que en el principio de año. Perdió en ronda de cuatro mejores con Hubert Hurkacz (9°) en tres apretados sets. El polaco después terminó siendo campeón.
Y ahora, en Munich, la misma historia. Garin en semis, después de ganarle a un peso pesado como Alexander Zverev (5°) en sets corridos.
Partido sentenciado ante al alemán, "Gago" se apunta su cabeza y mira a Lama, que aplaudía.
El duelo marcó el regreso de "Gago" al top 100 y no solo eso, se le ve mejor más suelto y sin tanta recriminación propia.
El "León", pese a todavía tener ranking (es el 528 del mundo), ya muestra sus credenciales como coach. Le devolvió la confianza a un Garin que parecía no tener rumbo y que ahora muestra un nivel cercano al que lo llevó a ser 17 del mundo.