El ucraniano Oleksandr Usyk se impuso en una pelea dramática a Tyson Fury y se convirtió en el nuevo rey de los pesos pesados al unificar todos los títulos mundiales, algo que no ocurría desde hace más de dos décadas.
Óscar De La Hoya, una leyenda del pugilismo, le dedicó un tremendo elogio a Usyk por la victoria: "¡Es el hombre más malo del planeta!".
Usyk nació el 17 de enero de 1987 en Crimea, por entonces parte de la Unión Soviética. El primer deporte que lo sedujo fue el fútbol.
Estuvo en las divisiones inferiores del Tavriya Simferopol, club de su ciudad natal, pero la situación económica de su familia era frágil. Entonces, el boxeo emergió como una alternativa.
"El boxeo era más accesible que el fútbol. El entrenador me dio sus guantes, su esposa me los arregló para que me quedaran bien y mi mamá solo tenía que darme dinero para viajar", afirmó en el documental A Glimpse at Greatness.
Pese a su éxito en el boxeo, nunca se olvidó del fútbol. El 4 de febrero de 2022 se dio un gusto. Jugó para el Polissya Zhytomyr, cuadro que es propiedad de un amigo y que por entonces estaba en la segunda división ucraniana. Entró a los 30 minutos del segundo tiempo en un amistoso frente al FC Veres y lo pusieron de delantero.
Luego de la victoria contra Fury, podría hacer su debut profesional en el FC Polissya Zhytomyr, que ahora está en la Liga Premier. Si bien no fue anotado cuando finalizó el período de inscripción, las autoridades están analizando hacer una excepción con él.
La guerra
Usyk ha tenido una carrera prolífica en el boxeo. Como amateur, solo perdió 15 de los 350 combates que realizó y en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 ganó la medalla de oro.
Hizo su debut profesional en 2013 y luego de solo 10 peleas ya era campeón mundial de peso crucero.
Cambió de categoría para dar un salto arriesgado. Quería igualar el récord de Evander Holyfield y David Haye, los únicos que hasta entonces habían reinado entre los cruceros y los pesados.
Le costó, pero lo logró y todos conocieron su nombre. Cuando ya era una súper estrella, estalló la guerra entre Ucrania y Rusia.
Usyk es un hombre de familia, millonario, religioso, amante de la música y la poesía, pero con un fuerte sentido de pertenencia. No olvida sus orígenes. En 2022 se unió al Ejército ucraniano.
En ese momento, estaba negociando una pelea con Anthony Joshua, sin embargo, pospuso todos sus compromisos deportivos.
Usyk se unió al Batallón de Defensa Territorial de Kiev. Las imágenes de él vestido con uniforme militar y cargando un fusil se viralizaron rápidamente.
Si bien el boxeador nunca entró en combate, fue utilizado como un recurso de inspiración para sus compatriotas.
"Pasé mucho tiempo con la gente que está peleando y muchos no eran soldados profesionales. Eran gente normal. Uno era bancario, otro tenía una panadería, otro tenía otro negocio. Estaban ahí para conseguir la libertad del país. Algunos que estaban en la primera línea me decían: '¿Por qué estás acá? Algunos generales no vienen a este lugar'. Y yo les contestaba: 'No soy un general, soy un ucraniano normal'", contó el año pasado.
Usyk estuvo un mes con el Ejército. Luego inició la preparación para la pelea con Joshua con una autorización especial del ministro de Deportes, Vadym Gutzeit, ya que el Gobierno había ordenado que todos los hombres entre 18 y 60 años debían permanecer en suelo ucraniano porque en caso de necesidad podían ser reclutados.
El púgil dejó el país junto a su esposa y sus hijos. Poco después, su vivienda en las afueras de Kiev fue ocupada y destruida.
La batalla con Joshua, por todos los problemas que acarreaba, asomaba como especialmente compleja para Usyk. Pero se impuso.
"Pasó por un infierno en los últimos meses y eso no lo mató, sino que lo hizo más fuerte”, manifestó Alexander Krassyuk, su promotor.
Tras batir a Joshua venía un desafío aún mayor. El poderoso Fury. Los primeros rounds parecían darle la razón a aquellos que piensa que le falta estatura para la categoría. Sin embargo, nunca se rindió y remontó metiendo manos estruendosas. Su récord sigue siendo perfecto: 22 combates, 22 triunfos. Después se supo que luchó con una fractura en la mandíbula.
Cuando estuvo en el Ejército, Usyk vio enemigos corriendo, tanques explotando, gente sin brazos ni piernas, otros que según sus palabras eran "muertos vivientes". El púgil asegura que no es un hombre violento. Su motivación no son los tambores de guerra.
"No es la guerra lo que me motiva, es la gente de Ucrania que está luchando duramente para defender nuestra independencia, nuestra libertad, nuestra cultura", explicó.
