Hungría debutó con una derrota en la Eurocopa. Fue 3-1 para Suiza en el Grupo A.
Sin embargo, pese a la caída, uno de sus futbolistas acaparó todas las miradas y ya causa sensación.
Se trata de Martin Ádám, delantero de 29 años que ingresó a los 79' para intentar dar vuelta la historia.
Rápidamente el jugador llamó poderosamente la atención.
Su frondosa barba pelirroja, sus 1.91 metros de altura y 86 kilos no pasaron inadvetidos.
En redes sociales se empezó a hablar de Ádám. Incluso, lo catalogaron como "el jugador más carismático de la Euro", aunque también hubo varias críticas por su aspecto físico, inusual en deportistas de elite.
El húngaro, tildado también de "vikingo", fue protagonista de una oleada de memes y luego, en conferencia de prensa, hizo frente a los comentarios por su corpulencia.
"Por supuesto que me llegaron uno o dos (memes), normalmente me río de ellos. Nací así, es la forma de mi cuerpo. Obviamente, no tenía este tamaño cuando nací, pero no puedo cambiar mi genética. Pero sí, eso es todo lo que puedo decir al respecto", dijo, algo conmovido.
Sin embargo, el jugador también hizo noticia hace poco cuando lo entrevistó el medio Telexhu, que le preguntó qué estaba haciendo durante la última Euro, en la que su selección quedó emparejada con Francia, Alemania y Portugal.
"Claro, estaba bebiendo cerveza en casa", respondió en esa ocasión, viralizándose.
Ádám posee 22 presencias en Hungría con tres goles y tres asistencias. Además, en su carrera en clubes, lleva 108 anotaciones en 332 partidos.
