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Huyó de la guerra, casi se retira y superó la depresión: La vida del crack que pudo ganar el Balón de Oro y hoy hace historia en la Eurocopa

Josip Ilicic compartió equipo con Matías Fernández y David Pizarro en Italia.

01 de Julio de 2024 | 10:05 | Redactado por Felipe Santibáñez, Emol
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Ilicic festejando un gol.

Eslovenia está sorprendiendo y haciendo historia en la Eurocopa. Por primera vez, logró pasar a los octavos de final y se medirá con la Portugal de Cristiano Ronaldo hoy lunes.

Josip Ilicic es uno de los integrantes del plantel. Pero no esperaba estar en la Euro. Él mismo lo confesó. Se imaginaba de vacaciones.


"Esperaba estar en el mar, sinceramente, pero simplemente pasó y estoy contento. Para mí es un placer estar aquí. No te debes rendir jamás porque la vida te puede quitar cosas pero te puede dar tantas otras", dijo.

En esta Euro, el atacante solo ha jugado 15 minutos. Sin embargo, este futbolista al que alguna vez pusieron como candidato al Balón de Oro ha aprendido a valorar otras cosas después de épocas de mucho sufrimiento.

Ilicic, de 36 años, no ha tenido una vida fácil. Nació en Bosnia, pero siendo un niño tuvo que huir de ahí debido a la Guerra de Los Balcanes. Llegó a Eslovenia junto a su madre Ana y su hermano mayor Igor. Su padre fue asesinado cuando él apenas tenía siete meses.


"No sabía lo que era la palabra papá, me la explicaron mis compañeros de colegio", reveló.

Pese a los problemas, Ilicic tenía un refugio. El fútbol. Maravillaba con su zurda y mostraba agilidad pese a su altura (hoy mide un metro noventa). Su estreno en el profesionalismo lo hizo en el Bonifika de la segunda división eslovena, luego dio al salto a la primera categoría al fichar por el NK Interblock. Estuvo allí dos temporadas, pero el equipo descendió.

Con 20 años, se presentó una excelente oportunidad. El Dinamo Zagreb, uno de los más grandes de Croacia, quiso llevárselo, pero finalmente la operación no se cerró. En ese momento, por primera vez, pensó en dejar de jugar.

"Estaba cerca del Dinamo Zagreb, pero luego decidieron no ficharme. La carrera a veces no sale como quieres. Estuve pensando seriamente en retirarme. Pero el destino me llevó a otro lado, viví y experimenté mucho", manifestó.

El Maribor, el cuadro más laureado de Eslovenia, lo rescató. Pagó apenas 80 mil euros por él. Solo meses después, lo vendió por millones al Palermo de Italia.

El progreso de Ilicic era constante. Tras brillar en el Palermo, la Fiorentina lo adquirió. En el cuadro viola compartió con los chilenos Matías Fernández y David Pizarro.


El rendimiento que mostró en la "Fiore" fue irregular. Cuando pasó al Atalanta parecía que daba un paso atrás, pero allí alcanzaría el pináculo de su carrera. Arribó el 2017 a Bérgamo y cinco años después se fue como ídolo. En 141 partidos, hizo 55 goles y repartió 37 asistencias.

Pero, pese al éxito profesional, había problemas que lo atormentaban y erosionaban su salud mental.

En una revisión médica, le detectaron una infección bacteriana de los ganglios linfáticos del cuello a mediados de 2018. Pensó que estaba al borde de la muerte.

"Fue un momento complicado. A veces pensaba que no lo superaría. Cada día era peor. Me conformaba solo con poder hacer vida normal. Tenía miedo de dormirme por si no despertaba. Salí adelante, pero tuve que empezar de cero, como si fuera un niño", confesó el esloveno.

Poco antes de eso, tuvo que lidiar con otra dolorosa noticia. Su amigo Davide Astori, con quien jugó en la Fiorentina, fue encontrado sin vida en la habitación de un hotel.

De alguna manera, se sobrepuso. Ilicic era el jugador más destacado de un Atalanta que maravillaba a Europa por su fútbol alegre e innovador. Su mejor campaña fue la de 2019-20. Terminó con 21 tantos y cuatro de ellos se los hizo al Valencia para meter a la "Dea" en cuartos de final de la Champions League.


"Josip estaba entre los mejores jugadores de Europa. Podría haber ganado el Balón de Oro", dijo su entrenador Gian Piero Gasperini.

Pero después de ese día de gloria contra el Valencia vino su debacle. Estalló el caos pandémico e Ilicic contrajo coronavirus.

"Lo sufrió mucho, cayó en depresión. La cabeza llega un momento que te explota", dijo Alejandro "Papu" Gómez, su ex compañero.

Ilicic la pasaba muy mal. Estaba solo, lejos de su familia. Antes de jugar el paso a semis de Champions frente al PSG, Gasperini lo fue a ver a una clínica y quedó muy preocupado. Su futbolista había bajado 10 kilos.

"Lo agarré como a un muñeco y le dije: 'Josip, ven con nosotros'. Entrar en las cabezas humanas es como entrar en una jungla. Ni siquiera los médicos tenían una explicación", afirmó el técnico.

Ilicic aguantó un año y medio más. El 22 de mayo de 2022 jugó por última vez con el Atalanta.

Volvió a Eslovenia para estar con sus seres queridos. El fútbol era secundario y muchos pensaban que había acabado. Sin embargo, el Maribor nuevamente le abrió las puertas. En sus primeros partidos se le vio con una barriga prominente, pero no le importaba.


"Necesitaba volver a casa. Estaba harto de jugar en el extranjero y en Eslovenia solo había un club en el que podía jugar. Esto aún no ha terminado: es sólo la segunda parte de mi carrera", manifestó ya más repuesto.

Volver a jugar por la selección se veía muy lejano. Pero este año se puso a dieta y en el Maribor hizo nueve goles a los que le sumó doce asistencias. Le tomó 933 días, pero pudo volver a representar a su país. Hoy está pleno y es protagonista de un momento que quedará en la memoria de toda la nación.
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