Nicolás Jarry (36°) se desahogó. Tras dar por terminada su temporada, volver a Chile y anunciar el quiebre con el entrenador Juan Ignacio Chela, el nacional hizo un extenso análisis de su año y además dejó crudas confesiones sobre la neuronitis vestibular que lo aquejó durante gran parte del 2024.
"Es bien rico estar en casa después de dos meses... y después del año movido que he tenido, pero con muchas ganas de descansar y también de entrenar: de recargarme lo máximo posible para la pretemporada y después para el próximo año", comenzó diciendo en conversación con el sitio de la ATP.
Luego, Jarry se descargó y empezó a dejar duras declaraciones sobre lo complicado que ha sido su año.
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El año fue una mezcla de emociones. Fue un segundo semestre muy batallado mentalmente, pero también crecí como ningún otro…
Yo creo que ha sido el año más difícil de mi vida. Me ha sido mucho más duro que el 2020 con la suspensión, aunque ese haya sido mucho más dramático", relató.
Y siguió: "Pero en general este fue más batallado ya desde la primera semana del año: no empezó muy bien con mi hijo con covid, teniendo que llevarlo a la clínica en Australia. Después perdiendo un partido muy batallado ahí, y luego teniendo que lidiar con cosas del tenis y distintas presiones".
El nacional también habló de la neuronitis vestibular: "La segunda mitad del año vino la lesión del sistema vestibular. Pero también mucho enseñanza, aprendizaje, mejora, y, con lo difícil que ha sido, logré encontrar tranquilidad para apreciar toda mi vida el tenis".
En ese momento, el 36 del mundo incluso impactó reconociendo la posibilidad que hubo de dejar de jugar al tenis.
"Yo creo que tranquilamente podría haberme quedado sin jugar tenis por el resto de mi vida, y por eso estuve lidiando con muchas sensaciones", disparó.
¿Cómo vives esta enfermedad? "Es una lesión muy diferente a todas… cuando uno tiene dolor de hombro, uno tiene dolor de hombro y no puede sacar y no puede competir y no entras a la cancha y listo. En mi caso, yo tenía que tener paciencia y tenía que seguir haciendo mi vida normal, pero de una manera totalmente diferente. Pero he sacado muchísimo aprendizaje y estoy muy contento con todo lo logrado fuera de la cancha. Todo el crecimiento que tuve,me da mucha motivación para el próximo año y más sabiendo que este creo que fue mi segundo mejor año de mi vida como tenista, en cuanto a ranking y prácticamente jugué un solo semestre".
El "Nico" explica también que "tuve que bajar mi exigencia cuatro mil revoluciones.
Porque si no, no podía… iba a entrar en una depresión y hubiera sido mucho peor… y ahora puedo decir que terminé el año contento, que era un objetivo, tranquilo, disfrutando de la vida, de mi profesión y de mi familia".
Sobre cómo sigue de este problema médico, fue sincero: "Nadie sabe cómo seguirá, todos los días voy mejorando y creo que está pudiendo ser algo más normal para mí, de tener la visión bien, poder seguir la pelota y leerla, qué pelota viene, a cuánta velocidad, etcétera, etcétera (...) Al final, tuve el año que tuve, con cuatro resultados y es mi segundo mejor año de mi vida".
Como bien se conoce, Jarry viaja a casi todos los torneos acompañado de su esposa e hijos.
"Por suerte tuve a mi familia que me ha ayudado un montón. No creo que la hubiera pasado muy bien con todo esto, viajando solo... reírme muchos con mis hijos, con mi mujer, me ha permitido salir de la sobreexigencia del tenis".
Finalmente, consultado por sobre cómo encara el 2025 que se avecina, relata que "estos últimos dos meses yo sabía que no iba a estar bien. Pero pese a todo, siento que estoy jugando bien, lo sé, me falta mucho todavía, pero tengo mucha fe de que cuando se me logre ir esto, voy a haber dado muchos pasos adelante en cosas que eran extra a los resultados de tenis porque ahora soy muy consciente de la fuerza mental que tengo para salir de situaciones malas".