Usyk volvió a derrotar a Fury y se mantiene como el rey del peso pesado.
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Tras siete meses después de su primera victoria, este sábado el boxeador ucraniano Oleksandr Usyk derrotó de nuevo al británico Tyson Fury en Riyadh (Arabia Saudita), en la esperada revancha por los títulos mundiales del peso pesado de boxeo.
Usyk fue superior, según los tres jueces, y se impuso por decisión unánime a su rival con idéntico puntaje de 116-112, en una de las peleas más mediáticas del último tiempo y que tenía la mirada de todo el planeta.
Los principales medios del orbe anticipaban este choque como la "pelea del año" en el boxeo. Incluso, TNT Sports de Reino Unido la calificó como "la revancha de peso pesado más grande de la era moderna".
A sus 37 años, Usyk impuso su ritmo en la pelea y alcanzó en repetidas ocasiones a Fury, dominándolo con su gran zurda. El británico comenzó bien, pero poco a poco se fue apagando y cedió sin atenuantes.
De esa forma, el ucraniano sube a un récord de 23-0 y es el indiscutido rey del peso pesado, reteniendo los cinturones de la Asociación Mundial (AMB), el Consejo Mundial (CMB) y la Organización Mundial (OMB) de Boxeo.
En el combate de mayo pasado, también en la capital saudita, Usyk se convirtió en el campeón indiscutido al conseguir los cuatro cinturones de la categoría reina, siendo así el primer monarca absoluto de este peso en 25 años, desde Lennox Lewis en 1999.
Desde entonces, cedió sin combatir el cinturón de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) al británico Daniel Dubois. Por eso eran tres y no cuatro los cinturones en disputa este sábado.
Mientras Usyk daba su discurso de victoria, Dubois irrumpió en el ring y le pidió la revancha al ucraniano, que aceptó y seguramente será su próximo rival.
¿Y el dinero? Habían nada menos que 190 millones de dólares en juego. El 55% va para el lado del campeón y el 45% para el perdedor.
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