Este martes falleció no solo un ex presidente de la República, sino que también un hombre que dedicó gran parte de su vida a los negocios. Y es que Sebastián Piñera Echenique intuyó desde joven su vocación. A fines de los 60 entró a la Facultad de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, desde donde se tituló en 1971.
En 1973 se dirigió a Estados Unidos para seguir perfeccionándose en el área. Fue así como llegó hasta la Universidad de Harvard, donde se doctoró en Economía. Luego de algunos pasos como consultor en organismos internacionales, inició su trayectoria como el empresario versátil e inteligente que todo conocieron en la industria.
Sus primeras incursiones
El ex Mandatario entró al sector privado dedicándose a la asesoría financiera y a la evaluación de proyectos. Luego, en 1978, fundó, junto a un socio, su primera empresa: la constructora Toltén que a poco comenzar llegó a tener más de 100 sitios y que tras un tiempo vendió para utilizar los recursos en otros negocios.
En 1978 llegó al Banco de Talca, donde asumió como gerente general. Tuvo que dejar el puesto luego de que el directorio de la institución le pidiera renunciar.
Bancard, Latam y Blanco y Negro
El apogeo del ex Presidente en los negocios, sin embargo, vino en las décadas siguientes. En 1979 creó Bancard, empresa que terminó por traer a Chile las tarjetas de crédito Visa y MasterCard. A través de su división Fincard se transformó en la emisora de tarjetas más importante de todo Chile.
Durante esos años también participó como socio en las inmobiliarias Las Américas y Aconcagua.
Asimismo- destaca la página oficial del otrora Mandatario- en la década de los 80, participó en la creación de CMB S.A. y Editorial Los Andes S.A., entre otras y consiguió la representación de Apple en Chile.
Pero fue en 1994 cuando llevó a cabo uno de los negocios por lo que la mayoría de la gente, al menos en el ámbito empresarial, lo recordaría. Ese año compró el 16% de la aerolínea Lan Chile (Latam), por más de US$875 millones. El sello de su gestión a cargo de la compañía fue la expansión de la marca a nivel internacional.
En 1997 expandió sus intereses en el negocio inmobiliario a través de la Constructora Aconcagua y los proyectos Valle Escondido, Casa Grande, Las Bandurrias, Plaza Forestal, y Parque Industrial Curauma.
En 1999, en tanto, ingresó a Quiñenco, e integró los directorios de Clínica Las Condes y Parque Arauco. Por otra parte, inició el proyecto de conservación y ecoturismo Parque Tantauco, luego de adquirir 115.000 hectáreas de bosque nativo en la isla Grande de Chiloé.
Durante la primera década del 2000, además, compró el canal de televisión Chilevisión -que después vendería en US$150 millones- y se integró como accionista a Blanco y Negro. De esta última sociedad sería director entre 2006 y 2009.
Al decidir competir en la elección presidencial de 2009, entregó sus participaciones en las sociedades en un fidecomiso ciego voluntario, con el cual renunció a intervenir en la administración o gestión de sus bienes. Por su parte, Bancard, compañía que maneja sus inversiones, asumió la administración de sus activos en el exterior.
Además, en esos años, llegó a tener el 26% de las acciones de Lan, que vendió en US$1,1 mil millones.
La fortuna del empresario
El ex presidente Piñera amasó una fortuna que lo tuvo, durante los últimos años, entre los siete chilenos con los patrimonios más grandes según Forbes.
El año pasado, según la reconocida revista, el ex presidente, y su familia, quedaron en el quinto lugar de dicha clasificación, registrando una fortuna de US$2.900 millones. En 2022 había logrado ubicarse en la misma posición.
La última vez que el otrora Mandatario había declarado su fortuna había sido en 2017, antes de la elección presidencia tras la cual sería elegido por segunda vez para dirigir el país. En esa ocasión declaró un patrimonio de US$600 millones, menor a la que en ese entonces señalaba Forbes. Piñera indicó, en algunas ocasiones, que su patrimonio personal no debía confundirse necesariamente con el de otros miembros de su familia.
