"La vida me ha dado la posibilidad de tener elementos maravillosos que me hacen construir un puente emocional en el amor incondicional", dice Navarrete.
El Mercurio.
SANTIAGO.- En enero de este año Jorge "Chino" Navarrete supo que el cáncer de próstata que comenzó a tratar hace algún tiempo atrás había hecho metástasis en otras partes de su cuerpo.
Su médico le informó que la enfermedad se había ramificado al hueso sacro, la pelvis, las costillas,la columna y cráneo, por lo que su condición es terminal.
En medio de este complejo escenario, el comediante mantiene activa su agenda con charlas motivacionales. Ayer dictó una en la que habló de su situación y en la que intentó impregnar de optimismo a sus auditores en la Universidad San Sebastián.
"En mi condición de Jorge Navarrete, enfermo, me armo todos los días. Hago mi vida normal: manejo solo, viajo solo; a lo único que le tengo cuidado es a cargar las maletas pesadas, por los huesos. Tomo un ordenador cerebral y algunas cosas alternativas que me han hecho bien", contó tras el evento al diario Las Últimas Noticias.
Navarrete explicó que estas terapias tienen un alto costo, pero le llegan de manera "divina". "Fumo muy poquita marihuana...tomo zeolita, un paliativo mineral que se toma en polvo, y como hojitas de kalanchoe, que me regulan, me dan bienestar general frente a los malestares que me producen los otros remedios. Todo me ha llegado por sincronía, se me acaban esas hojitas y me llegan por otro lado. Como que vivo de las economías divinas. Mi paliativo vale $2.200.000 mensuales y no lo he pagado...O sea, siempre las economías divinas han funcionado para que yo pueda tener mi paliativo. Es una vida mágica, realmente mágica", dijo.
El comediante contó que las charlas le han permitido hablar del valor de la vida, y eso le ha hecho bien. "La vida me ha dado la posibilidad de tener elementos maravillosos que me hacen construir un puente emocional en el amor incondicional, que es lo que une a la especie humana, pero que no nos tiene muy unidos, la verdad. porque en nuestra pequeña mente nosotros bajamos los decibeles de energía porque le ponemos condiciones, manipulamos esa energía. Vivimos en el miedo, que es un fantasma, un ángel de la muerte", aseguró, en el marco de un evento efectuado ayer por la Fundación Banigualdad.