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Lo mejor, lo peor y lo que quedó al debe: Balance final de Lollapalooza 2017

Con cerca de 160 mil personas, la nueva edición del evento musical contó con espectaculares shows en sus principales escenarios durante ambas jornadas, destacando la grandiosa aparición de Metallica, el bailable pop rock de Duran Duran y la concurrida presentación de The Strokes.

03 de Abril de 2017 | 10:34 | Por Carolina Cerda M. y Javier Olivares.
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EFE.
SANTIAGO.- El deslumbrante show de Metallica y el acontecido remate de The Strokes fueron los responsables de dar cierre, respectivamente, a los dos días de Lollapalooza Chile 2017 en sus principales escenarios. El encuentro masivo de artistas logró una convocatoria de cerca de 160 mil personas este año, la más alta que ha logrado en sus siete versiones.

El Parque O'Higgins fue el lugar para que artistas nacionales y extranjeros se encontraran con sus seguidores e hicieran un repaso de sus grandes éxitos. Grupos consagrados como Duran Duran, Gondwana, Rancid, Jimmy Eat World y Lucybell fueron parte de esta nueva edición. Así también tuvieron presencia los músicos de The xx, Catfish and the Bottlemen y el canadiense The Weeknd, el artista que, entre todos, llegó a Chile en su mejor momento.

A continuación un repaso a lo más destacado de los días de maratón musical.

  • Lo bueno y lo malo: Balance de Lollapalooza
  • Lo mejor: Metallica

    El día sábado estuvo completamente dominado por Metallica y su increíble y redondo show. Tuvo canciones nuevas y clásicos, pero lo más llamativo fue la cercanía que James Hetfield y compañía demostraron con el público local más allá del setlist de lujo que presentaron. Pues la banda puso especial importancia en honrar a los seguidores que los llevan escuchando hace décadas, pero pidió que los nuevos fans sean tratados como parte de la "familia".

  • Para recordar: la programación del domingo

    El domingo hubo grandes shows y no sólo en horario estelar. Duran Duran dejó en claro cómo ha mantenido su carrera cargada de hits durante casi cuatro décadas e hizo bailar incuso con canciones más nuevas. Luego fue el turno de The Weeknd, que a punta de un buen show demostró que es mucho más que un simple y exitoso producto de la industria. Finalmente, The Strokes, convirtió lo que podría haberse convertido en un desastre por sus problemas de sonido iniciales en un memorable espectáculo por las razones correctas.

  • La mejor puesta en escena

    The Weeknd no necesitó de los fuegos artificiales que se vieron al final de cada jornada. Con una cuidada y estilizada puesta en escena, el canadiense se impuso con un espectacular uso de pantallas LED e iluminación y el modo en que él y sus músicos llenaban el escenario.

  • El show más jugado

    Weichafe se dio el lujo de hacer un excelente show, además de aprovechar de usar lienzos y visuales para luchar por sus creencias: pedir la legalización del aborto, pedir libertad a los presos políticos Mapuche e incluso enjuiciar a políticos y personalidades públicas que iban desde Sebastián Piñera al Papa Francisco, pasando por Ricardo Lagos y Jacqueline Van Rysselberghe.

  • La fanaticada más comprometida

    Por lejos, la de Metallica: decenas de ellos llegaron al Parque O'Higgins en cuanto se abrieron las puertas del evento al mediodía del sábado. Su única gran misión de quedar en las primeras filas frente al escenario donde recién nueve horas y media más tarde tocaba la banda estadounidense. Si bien los seguidores incluso acampan esperando a sus artistas, en esta oportunidad la espera implicó ver presentaciones de bandas que no tienen mucho que ver con Metallica, como es el caso de La Pozze Latina y Lucybell. Mención especial para unos seguidores de las hermanas canadienses Tegan and Sara, quienes les regalaron particulares máscaras asemejando a los dos gatos de Sara.

  • Sonido, una factor clave que sigue al debe

    Los problemas de sonido que afectaron a bandas como Lucybell o The Strokes afectan negativamente a la reputación del certamen. Los estadounidenses liderados por Julian Casablancas incluso tuvieron que reiniciar su espectáculo después de la primera canción.

  • Un problema infaltable: mala conexión a internet

    Como es usual, en encuentros masivos el acceso a internet es complejo. Las redes se saturan y y a pesar de que contaban con un stand específico de Wifi, no fue suficiente para las 80 mil personas que asistieron al Parque O'Higgins en cada jornada.

  • Cuando la paciencia se acaba: las colas

    Asimismo el tema de las filas es otro de los ámbitos que podría mejor. Aunque en cuanto a esto, en esta versión el sistema de pago fue mucho más cómodo –se cargaba dinero a las pulseras y se cobraba a través de un aparato electrónico–, aún así en los momentos de mayor concurrencia, las colas para pedir comida eran extensas y la demora podía alcanzar los 35 minutos.

  • Difícil acceso al Movistar Arena

    Otro punto conflictivo de este Lollapalooza Chile fue el ingreso a la cúpula del Movistar Arena. Para los shows de Diplo y Martin Garrix la situación fue un tanto caótica para el acceso a todas las ubicaciones del recinto. Sin embargo, parte de esta problemática fue la actitud de los asistentes, quienes querían ver a toda costa a los exponentes de la música electrónica.