De Michelle Bachelet a Elías Figueroa: 17 miradas de Violeta Parra en su centenario

Violeta Parra no es solo sus canciones. Es su obra plástica, sus pinturas, sus arpilleras, sus esculturas. Es su trabajo de investigación y recopilación, hoy enormemente vigente. Violeta siempre está con nosotros y se ha vuelto parte de nuestro paisaje más íntimo, de nuestra geografía sentimental. De nuestra identidad más profunda.

Violeta Parra es, de alguna manera, la madre de toda la Nueva Canción Chilena, pero también de toda la música chilena. Toda la música hecha aquí nos ha llegado también como parte de su investigación. Ella fundó una manera de hacer música y, además de su rol de investigadora y recopiladora, aclaró todo un paisaje musical del Chile antepasado. Entonces, es a pleno título, la madre de la música chilena actual. Ella, junto a Patricio Manns y Víctor Jara, creo que están en un pedestal al que ninguno de los compositores posteriores se logra arrimar (…) pone un estándar de calidad que es difícil de alcanzar. No sé si en 50 años más nacerá en Chile una canción como 'Gracias a la vida' con esos límites de profundidad, simpleza, belleza y universalidad.

La figura de Violeta Parra representa para Chile un legado enorme de la tradición de nuestro campo chileno. A través de su arte y música popular se divulgó parte importante de nuestro folklore en toda América. Violeta Parra fue una mujer muy visionaria para la época. Nunca dejó de hacer lo que le gustaba y pudo compatibilizar todos sus roles de mujer, como madre, esposa y emprendedora. Nos demostró que la mujer chilena tiene un enorme potencial cuando encuentra el espacio para desarrollarse.

Yo recordaría lo que pasó con Bob Dylan y el Nobel. ¿Era una cantante? Sí. ¿Fue una artista cabal? También. Pero también fue una gran poeta, una gran escritora. Con una prosa sencilla pudo ahondar muy profundo y logró ser pop. Sus letras las conocen todos, incluso los que no la conocen o no la han escuchado (...) No parecen haber sido escritas o inventadas, porque pareciera que existieron desde siempre. (…) Ha pasado un siglo y está tan viva como a los 17 o capaz que más. Sería lindo ver las letras de Violeta Parra en un volumen impreso parecido a uno de Nicanor. ¡Dios, qué par!.

Simplemente para mí, Violeta Parra es una de las creadoras más importantes que ha tenido este país. Desde su arte, desde la música y las arpilleras, y toda esa manifestación que tenía, estaba permanentemente en búsqueda de nuevas cosas, que es un poco lo que hace la ciencia también, empujando los límites de lo conocido (…) Tengo una admiración profunda de lo que es el legado de Violeta Parra (…) Yo creo que se ha reconocido poco lo que ella hizo (…) Tal vez por el hecho que está repartido en tantas distintas áreas. Porque uno tiene personajes como Gabriela Mistral, hiper reconocida, porque aportó e hizo una cosa maravillosa en la parte de la literatura y la poesía, pero Violeta tuvo como muchas aristas distintas, eso es bien poco usual, de tener una creadora o un creador, que tenga esa capacidad tan grande de manifestar esa creatividad y esa búsqueda en formas tan distintas, y hacerlo de forma excelente.

Si hay algo en música que ha contribuido a la identidad nacional, que tiene capacidad de juntar lo que uno recopila con lo que uno crea y con convicciones, es Violeta Parra (…) Para mí, lo que The Beatles hizo en algunas partes, lo hizo la Violeta, que logra recomponer una historia y sobre esa, crear. De ahí para adelante, buena parte de lo que ha sido la música chilena tiene que ver con un sentido que ella instaló y merece todos los reconocimientos en ese sentido.

En nuestra casa en general se escucha a Violeta. Creo que es una mujer inspiradora. Una mujer trabajadora y con una creatividad increíble. Creo que sobre todo su primera etapa, cuando recopila los Cantos Folclóricos Chilenos rescata una tradición e historia principalmente rural que hasta ese momento había quedado en la tradición oral, y que gracias al trabajo de Violeta se convierte en la piedra fundacional de la Nueva Canción Chilena. Es sin duda una de las figuras más importantes de nuestro país y nuestra historia. Una de mis canciones favoritas es La Carta, con sus nueve hermanos comunistas con el favor de Dios.

Gracias al museo de Violeta Parra pude descubrir también a esta mujer capaz de con sus manos expresar en la plástica esa misma síntesis de dos cosas -que es lo que me maravilla en Violeta y que poca gente lo consigue-, que es sencillez y profundidad. Violeta en las cosas que graba, en las cosas que pinta, en las cosas que escribe, en las cosas que canta, es inmensamente sencilla y, al mismo tiempo, es tremendamente profunda. Eso no es muy fácil de conseguir en la vida y habla de una riqueza humana excepcional.

Violeta Parra fue una mujer fuerte, transgresora para su tiempo, que hizo de su poesía hecha música una forma de expresión de su mundo interno. Una mujer sin límites y por ende bien ganado el sitio en la inmortalidad.

Lo que entiendo por música es Violeta Parra. Mucha gente cree que a mí sólo me gusta la música rock porque trabajo con rock, hago rock y he hecho rock, pero me gusta distinguir la buena música. Y si bien he crecido al ritmo del rock and roll, desde un comienzo distinguí a Violeta Parra. Por eso muchas veces me han preguntado quién es ella para mí y para mí es la madre del rock en Chile. Rock es actitud y consecuencia, y qué más consecuencia teniendo un actitud más parada de la hilacha que la gran Violeta Parra.

A mí me ha influenciado desde siempre, desde que mi mamá me daba el charquicán en la boca cantando canciones de ellas. Entonces, yo creo que a todos se nos ha metido desde lo cultural y que es muy bueno que así haya sido porque es una de las pocas cosas que representa tradición, legado y ha ayudado a reforzar una identidad chilena. Ella es uno de los puntos más fuertes que hemos tenido.

Como músico empecé a cantar y defender sus canciones en cada uno de mis conciertos. Cuando estaba estudiando en la universidad me di cuenta que la educación chilena es muy machista y que en todo el mundo los libros de historia del arte hablan de muchos artistas que son hombres, entonces para una mujer contemporánea es difícil armarse de referente femeninos dentro de ese mundo, de la filosofía y educación. Por eso busqué a Violeta Parra. Ella es como mis salvavidas para tener un referente femenino en el que basarme como compositora mujer.

Tengo una admiración total y fundamental por ella, porque ella para mí significa la piedra angular de la identidad musical de Chile. Cuando nosotros nos conocimos con el resto de Los Jaivas, éramos unos niños y nos formamos juntos como músicos, creamos este grupo, y curiosamente en esa época escuchábamos radio. ¿Y qué escuchábamos? Música latinoamericana. Y entre ellos, obviamente, estaba Violeta Parra, que creó una cercanía y admiración. Nos sentíamos, de alguna manera, interpretados por el trabajo de ella, el de búsqueda y creativo también. Su suicidio es una manifestación siempre presente de que no fue reconocida en su momento, ni acogida, ni ayudada, ni impulsada. Fue más bien desechada.

A mí me parece que Violeta Parra es una de las mujeres más importantes en la música y en la cultura del siglo XX, porque justamente rescató la música popular en Chile. Música que cuando morían los cantores populares se perdía. Me gusta mucho esa relación de Violeta Parra con la cultura popular, su esfuerzo por el rescate y su esfuerzo constante porque la música popular se escuchara, se viera, se apreciara. El Estado de Chile no le dio la importancia suficiente en vida.

Me encanta ese lado de la obra de Violeta donde se vuelve crónica de su tiempo, el cantor que revela temas que la oficialidad no toca. ¿Por quién supimos primero que Arauco tenía una pena o que el Estado respondía con plomo a los trabajadores? Violeta como un mural donde se pintaba un pueblo completamente diferente a la caricatura oficial. Seguidora de esa tradición tan chilena: el genio nacional que surge desde la pobreza y la provincia, capaz de arremolinar y levantar en torno suyo una estructura identitaria desde el polvo, tan a contrapelo con los privilegios. Violeta es un huracán de verdad cruda y seca, alegre, machi, como la encarnación de la madre doliente de un territorio cruel con sus hijos, con sus hermanos, con ella misma. Fuerza de la naturaleza.

Es una de las mujeres destacadas del país, así como Gabriela Mistral. Gran aporte a la música folclórica, a la educación porque no sólo compuso canciones sino que era una persona muy dedicada al arte. La enseñanza que dejó es gigante. Forma parte de una familia muy ligada a la música, la poesía. Dejó un gran legado con sus canciones y tiene su propia Fundación. Un gran aporte para toda la sociedad chilena.

Violeta Parra, a quien tuve el gusto de conocer personalmente, es sin lugar a dudas la principal creadora chilena del arte popular del siglo XX. Lo fue especialmente en la música, donde dejó clásicos que hasta hoy día son universales. Pero también dejó huella imborrable en otras expresiones artísticas. Su poesía popular, sus arpilleras y telares, su cerámica, por mencionar algunas, también son importantes manifestaciones. El reconocimiento a su obra y a su talento es mundial.

Para mí es sumamente importante. Una mujer que nos representó en todas partes. Dejó un legado muy grande de la mujer chilena, y como persona. Me gusta mucho su música. Me crié en Quilpué y allá sonaba mucho su música, no solo el 18 de septiembre. Mis padres la escuchaban y yo me deleitaba con ella. Sin dudas es uno de los personajes más relevantes de la historia.