NUEVA YORK.-
¿Hay que proteger al grafiti con una ley federal? Esa es la pregunta que un jurado de
Nueva York debe responder al final de un proceso extraordinario de tres semanas. Y en ese caso,
¿un propietario que dañe un grafiti debe pagar daños?El debate partió.
El caso enfrenta a
21 artistas contra un rico empresario inmobiliario. Su foco es
5Pointz, que fue en el pasado uno de los paisajes urbanos más llamativos de la ciudad: un enorme edificio cubierto de sofisticados grafitis de brillantes colores, que ganó reconocimiento internacional.
Durante 20 años el
empresario Jerry Wolkoff invitó a los artistas a mostrar su arte en las paredes del complejo industrial del cual era dueño, convirtiéndolo en
"el mayor museo del aerosol al aire libre del mundo", según el abogado de los artistas.
Pero en 2014, Wolkoff demolió el edificio, un año después de blanquear sus paredes, para permitir la construcción de lujosas torres residenciales.
Los artistas lo demandan ahora por daños y perjuicios, con el argumento de que deberían haber tenido la oportunidad de rescatar su arte antes de la llegada de la grúa demoledora.
Están pidiendo a los jurados que consideren una ley federal poco conocida, la ley de derechos de los artistas visuales de 1990, que sostiene que cualquier obra de arte debe ser protegida, siempre y cuando su calibre sea reconocido.
"No es una tarea fácil, pero cuento con ustedes", dijo el
juez Frederic Block a los jurados el lunes, antes del comienzo de sus deliberaciones.
Deben alcanzar una decisión unánime sobre si cada uno de los 49 grafitis eran obras de arte de reconocida estatura, si el blanqueo equivalió a una mutilación y, en ese caso, si eso perjudicó la reputación y el honor de los artistas.
Si determinan que sí, entonces los jurados pueden acordar indemnizaciones que van de los cientos a decenas de miles de dólares, a pesar de que el juez tendrá la palabra final sobre el monto otorgado a los demandantes.
La situación está a años luz de la década de 1970, cuando los grafiteros pintaban vagones de metro o paredes de depósitos en la mitad de la noche, esquivando a la policía y luego desapareciendo en las sombras para evitar ser arrestados.
El primer caso de este tipo
Hasta su demolición, 5Pointz atrajo a familias, profesores, turistas y artistas, y ayudó a reducir el crimen en el área, argumentó Eric Baum, abogado de los artistas.
"El arte debe ser protegido, debe ser cuidado, no destruido", afirmó Baum, que consideró a 5Pointz una "institución cultural".
"Ustedes son el primer jurado en determinar un caso de este tipo", les dijo.
Los artistas dicen que Wolkoff estaba obligado a notificarles por escrito con 90 días de anticipación de su intención de remover y destruir el arte, y que al no hacerlo dañó su honor y reputación.
Los demandantes han buscado presentar a los artistas callejeros como sus herederos y descendientes de los viejos maestros europeos.
La experta en arte contemporáneo y conferencista de la Universidad de Nueva York, Renée Vara, sostuvo que 5Pointz "no es muy diferente del Metropolitan o el MoMA", en referencia a dos de los museos más célebres de Nueva York y del mundo.
"No es diferente de la Capilla Sixtina de Miguel Angel, es solo un medio diferente", testificó sobre uno de los grafitis.
Pero David Ebert, el abogado de Wolkoff, recordó que los artistas sabían que el edificio sería demolido y que no hay evidencia de que su reputación se viera dañada.
"Por supuesto que el blanqueo fue devastador", dijo Ebert. "No estamos discutiendo eso, pero eso no significa que tengamos que darles dinero".
Añadió que no hay pruebas de que los artistas perdieran empleos, dinero u oportunidades de trabajo, y que por el contrario: 5Pointz impulsó su carrera artística.
"¿Cómo fue que Jerry (Wolkoff) se convirtió en el malvado y los artistas en ángeles?", preguntó.