SANTIAGO.- "Durante muchos años, los chilenos estuvimos repitiendo como un mantra el cliché de que en este país no pasa nada, que somos el último rincón del mundo, que a nadie le interesa lo que aquí sucede, que somos una especie de islote perdido en el mar. Pero lo que yo he visto en las miles de páginas de documentación que he ido estudiando a lo largo de mi carrera es todo lo contrario, pues
Chile es un país de una importancia geoestratégica muy relevante para todo el mundo, dada su ubicación, su control del paso entre dos océanos, sus riquezas minerales, etc.", afirma categórico
Carlos Basso, periodista, escritor y profesor de la Universidad de Concepción, al ser consultado por el contenido de su nuevo libro,
"La conexión chilena"(Aguilar, $ 12.000). Una colección de episodios marcados por el espionaje, y en los que Chile juega un protagonismo ineludible.
Un triple agente chileno que habría alertado sobre el ataque japonés a Pearl Harbor, la controvertida figura de Miguel Serrano y su idea de un refugio para ex nazis en territorio chileno, el intento de secuestrar a una sobrina de Augusto Pinochet en Colombia y Arturo Prat realizando labores de espionaje en Argentina (varios años antes de la Guerra del Pacífico), son solo parte de las historias que los lectores pueden encontrar a lo largo de sus páginas.
Volviendo a la importancia de Chile, Basso sostiene que "quizá quienes lo entendieron con mayor fuerza durante el siglo pasado fueron los nazis, y a ello obedece que a contar de 1932 ya estaban operando con todas sus estructuras tanto aquí como en Argentina. Luego de la Segunda Guerra, Chile juega un papel clave también en la Guerra Fría, y la expresión más subterránea de todo eso es siempre el espionaje".
"Al menos a mí me parecen historias apasionantes y dan cuenta de una historia oculta que muestra que el nuestro es un país harto menos inocente de lo que creemos, y también mucho más interesante", agrega.
- ¿Cómo dialoga "La conexión chilena" con tu anterior título de no ficción, "Chile Top Secret"?"Son muy semejantes, tanto en la estructura del libro como en las fuentes a partir de las cuales están construidas las historias, y ciertamente hay alguna continuidad. En 'Chile Top Secret', por ejemplo, aparece la historia del fallido atentado en contra de Fidel Castro en Santiago, en 1971, y en 'La conexión chilena' profundizo en la vida del personaje que es sindicado como el autor intelectual del mismo, el agente de la CIA David Atlee Phillips, un galán de cine (no es broma, filmó una película en Chile) que fue un maestro de la guerra psicológica en toda América Latina, que supuestamente fue luego el agente de control de Lee Harvey Oswald (el autor del asesinato de John Kennedy), y que también estuvo implicado en el intento de golpe de Estado en Chile en 1970 y en el de 1973. Y que no se nos olvide: Phillips vivía en Santiago, en 1950, cuando fue captado como agente de la CIA, con el fin de encontrar a un agente de la KGB en nuestra capital. ¿Ves que tenemos historias dignas del cine, que no conocíamos?".
- Por las páginas del ejemplar cruzan figuras como Arturo Prat, Miguel Serrano, Wilhelm Canaris y Liliana Walker. Asumiendo sus profundas diferencias, ¿qué aspecto comparten todos ellos?
"'La conexión chilena' es un libro de héroes y antihéroes de la vida real, más que nada. En el primer grupo están el capitán Prat, por supuesto, el máximo héroe que Chile ha conocido alguna vez, pero también entra otro capitán, el capitán Osvaldo Heyder, quien fue asesinado luego de oponerse a la DINA, y al menos en la parte final de su carrera encaja también el almirante Canaris. Si bien él fue el responsable de infestar Chile con espías del Abwehr, el aparataje de inteligencia militar que dirigía en la época de Hitler, al mismo tiempo encabezaba una segunda entidad totalmente clandestina, la Canaris Org, de cuya existencia tenemos datos fiables hace solo un año, gracias a la última desclasificación efectuada por la CIA, cuyo objetivo era exterminar al nazismo.
El grupo de los antihéroes es bastante más fácil de identificar. Lo encabeza Liliana Walker y siguen detrás sujetos como David Atlee Phillips y otros más, incluyendo a Miguel Serrano, quien quería crear un refugio para criminales nazis perseguidos, en el sur de Chile, según da cuenta la documentación desclasificada de Estados Unidos".
- ¿Cuál de todos los relatos del libro te exigió más tiempo e investigación, y por qué?
"Creo que el más largo de elaborar fue el de Phillips, dado que tuve que leer muchos libros y documentos desclasificados, especialmente los liberados desde octubre del año pasado hacia adelante en el caso Kennedy, y eso significó leer unas 2 mil páginas en un tiempo muy breve, pues estábamos encima del cierre del libro, y mi idea y la del editor era contar todo lo que se pudiera acerca de él".
- Entonces, ¿habrá una "Conexión chilena 2" o un "Chile Top Secret 2"? Porque imagino que hay material que quedó fuera.
"Claro, hay hartas historias que consideramos en su momento para ambos libros y que por uno u otro motivo dejamos afuera. Pero de momento, lo más cercano que tengo que terminar en el plano de la no ficción es un libro sobre Colonia Dignidad, que llevo trabajando varios años. Creo que luego de eso me pondré a pensar en otro libro al estilo de 'La conexión…'".
- Desde "Código América" que no has publicado un libro de ficción. ¿Tienes planes para un próximo thriller?
"En este momento estoy justamente trabajando en una novela que me parece apasionante: una distopía situada en Chile, en 1960. No quiero hacer spoilers, pero sí te puedo comentar que es una historia alterna a la historia verdadera, que tiene un eje policíaco y, por supuesto, un tremendo trasfondo. Es un libro que me tiene súper entusiasmado y que juega con la historia del Chile del siglo XX, al tiempo que aparecen personajes reales del país y del mundo".
