SANTIAGO.- Para los vecinos del Barrio Lastarria, este ha sido un oscuro inicio de semana. Esto, porque el extenso mural "Lastarria Patrimonial", que representa una escena del tradicional sector en el año 1900, fue atacado durante el fin de semana por desconocidos, quienes borraron los rostros de 14 personajes que habían sido retratados en la obra: Irene Morales, Benjamín Vicuña Mackenna y José Victorino Lastarria, son algunos de los que amanecieron descabezados, a causa de brochazos con pintura blanca.
"Lastarria Patrimonial" es una obra de
más de 250 metros cuadrados que se ubica en la
esquina de las calles Lastarria y Rosal. Fue concebido en el marco del Festival Hecho en Casa, de arte contemporáneo, en
septiembre de 2017, y es una obra del artista antofagastino
Luis Núñez, quien cuenta a
Emol que al enterarse de la noticia sintió "incredulidad, pena y enojo". "
La próxima semana voy a viajar exclusivamente para participar en la restauración. Es un trabajo lento que va a durar un par de semanas", señala el artista.
Mientras, algunos de los pintores que colaboraron con Núñez para realizar esta gran obra, ya han llegado al lugar para comenzar con los primeros trabajos. "Al parecer lo pintaron con esmalte al agua", cuenta Benjamín Contador. "Fue un daño grande y repararlo significará varios días de trabajo", dice mientras da las primeras pinceladas.
En tanto los vecinos del sector, constituidos en el Comité de defensa del Mural Rosal 312, están dedicados a encontrar al culpable del ataque vandálico. "Estamos muy tristes. En la calle frente al mural hay cámaras y hemos presentado un reclamo solicitando revisarlas. Ahora esperamos que nos llamen desde la Fiscalía para saber, con esos vídeos, qué fue lo que pasó", señala Jorge Malhue, quien vive hace 20 años en el edificio y preside el comité mencionado.
Extracto de "Lastarria Patrimonial" antes y después del ataque vandálico. Crédito: Emol.
No es la primera vez que "Lastarria Patrimonial" es objeto de controversias. Desde un comienzo, la gran obra tuvo sus detractores por tratarse de una intervención demasiado drástica en medio de un barrio patrimonial. Es más, para autorizar su instalación, el Consejo de Monumentos Nacionales exigió a la organización del Festival Hecho en Casa que la obra fuera borrada después de seis meses. Pero eso nunca ocurrió.
"La fachada del edificio, que data del año 1952, se caía a pedazos. Entonces nos llegó el ofrecimiento de restaurar el edificio haciendo un mural, para el cual se presentaron varias ideas y los vecinos votamos", cuenta Malhue. "Que lo borraran luego de seis meses nos parecía una estupidez, dado que habíamos sido los propietarios del mismo edificio los que lo habíamos gestionado, con ayuda de privados. Nos comunicamos con el Ministerio de las Culturas, y nos dimos cuenta de que si podíamos defenderlo", añade.
Sin embargo, cuando convocaban a los vecinos para reunir fuerzas y revertir la decisión del borrar el mural, comenzó a ocurrir un fenómeno: "Habían pasado más de nueve meses sin rayados y de pronto, extrañamente, nos empezaron a poner graffitis. Primero fueron firmas tontas, luego rayados feministas y el fin de semana borraron las caras de todos los personajes", cuenta Malhue.
Pero lejos de bajar los brazos, los artistas y vecinos están decididos a conservar la obra "Lastarria Patrimonial", cuya restauración comenzó con una donación de pinturas por parte del Festival Hecho en Casa. "Nos hemos enterado de que hay enemigos del mural", dice Malhue. "Pero estamos trabajando para mantenerlo y no vamos a pedir permiso porque el edificio es nuestro, no es un Monumento Nacional, y al igual que como lo hacemos cuando rayan sus paredes, lo vamos a volver a pintar, por nuestros propios medios", sostiene.