SANTIAGO.- La comedia
"Amor sobre ruedas", escrita y protagonizada por la estrella francesa
Franck Dubosc, llegará a la cartelera nacional este jueves
18 de octubre con la misión de encantar a los espectadores con su peculiar historia de amor.
El filme, que también cuenta con la actuación de
Alexandra Lamy, narra la historia de Jocelyn (Dubosc), quien haría hasta lo imposible por conquistar a una mujer que le parece atractiva, hasta tal punto que incluso está dispuesto a fingir ser discapacitado.
Esto último es precisamente lo que hace para conocer a su nueva vecina, pero para su sorpresa, el plan de la mujer es invitarlo a una comida familiar para presentar a su hermana Florence (Lamy), quien realmente es discapacitada y hace uso de una silla de ruedas. Conocer a Florence
logra que Jocelyn cambie su perspectiva, pero tendrá que seguir fingiendo para no ser descubierto y ser tildado de mentiroso.
Dubosc, quien también
dirige este largometraje, conversó respecto a sus motivaciones para ir más allá de la actuación y sobre la inspiración que encontró para crear esta historia.
- ¿Cuándo empezaste a querer dirigir una película y por qué?
- Siempre y nunca quise dirigir. Digo "siempre", porque mi primera experiencia con el mundo del cine tuvo lugar detrás de una cámara. Tenía 14 años, escribí guiones cortos típicos de mi edad y luego los grabé. Digo 'nunca', porque pronto me di cuenta de que para ser director, tenía que ser un jefe, que es algo que nunca quise ser. Sin embargo, trabajando como actor, a medida que pasaban los años, conocía a más y más personas que decían: "Escribes programas, los diriges, escribes algunos guiones, así que sigue y dirígelos también". Respondí sistemáticamente que la dirección era una profesión en sí misma y que algún día lo intentaría, siempre que tuviera un tema que lo justificara. Hoy, después de haber dado el paso, todavía no me considero un director. Necesitas ser humilde. Pero dicho esto, nada de lo que hice antes me ha emocionado ni me ha llenado tanto.
- ¿Cómo surgió en tu mente la idea de esta película?
- Mi motivación era doblemente personal. Un día, debido a su edad y porque ya no podía moverse, mi madre se encontró en una silla de ruedas. La silla de ruedas, símbolo de una discapacidad, se convirtió en una solución, ya que finalmente podría salir. Pero ella se opuso: "No podré ir al mercado de Navidad, porque necesitas subir las escaleras". Ahí fue cuando me di cuenta. Lo que parecía ser un salvavidas se convirtió en un obstáculo y pensé en todas las personas discapacitadas que se enfrentan a eso. Y también, siempre quise contar una historia de amor basada en una diferencia que no sea cultural o social, sino física. Hay algo sobre lo que a menudo me preguntaba, y eso me fascina: ¿qué pasaría si te enamoraras de alguien que estaba discapacitado? Una visión del futuro que es un poco complicada, por decir lo menos. ¿Sería el amor más fuerte que las consideraciones racionales? Creo que sí y es por eso que quería hacer esta película.
- ¿Alguna vez pensaste que tratar una discapacidad con humor podría ser riesgoso o incluso peligroso?
- Sí. Al principio, pensé en eso con cada página que escribí. Y luego, cuando entré en la historia, me olvidé de todo. Así como sucede en la vida. Cuando te encuentras con alguien discapacitado, al principio eres muy cuidadoso con todo lo que dices, pero una vez que la relación está en una posición segura, ya no le prestas atención a eso. De lo contrario, significaría que no aceptas la diferencia, que mantienes a la otra persona a distancia. Y, de nuevo, mi intención nunca fue burlarme de nadie. Espero que eso sea fácil de ver.
- ¿De dónde surgió el personaje que representas, un mentiroso, un tramposo, que ha sido exitoso, pero que está constantemente tratando de ser otra persona?
- Su hermano le dice: "No la amas, por eso te escondes". No ve a los demás, porque no quiere mirarse a sí mismo. Está lleno de fallas y podemos adivinar que lo que esconde es más interesante que lo que nos permite ver. Ese es seguramente el elemento autobiográfico más importante de la película. No me quiero mucho, incluso si con el tiempo he aprendido a apreciarme. A menudo me he mentido. No podía mirarme en un espejo. Para atraer a los demás, nunca actué como yo. Ser alguien más era mucho más satisfactorio. Finalmente, lo que quería era que Jocelyn fuera más hermoso en su mentira que en la realidad, donde, como ser humano, es bastante feo. Sí, definitivamente es más hermoso en una silla de ruedas que en su Porsche rojo chillón.
