"Eclipses" explica de una forma sencilla de qué se tratan estos eventos astronómicos y cómo los comprendían antiguamente, todo esto ad portas de los dos eclipses solares totales que se podrán observar en diferentes puntos de Chile este año y el próximo.
Para motivar a los chilenos a ir a observar estos fenómenos, Maza, tras contar su experiencia personal sobre el eclipse anular de sol que vio (primer párrafo), afirmó que "un eclipse total es aún mucho más espectacular. Me han dicho que si el eclipse anular es 1, un eclipse total es 100".
De esta misma manera el libro invita a contemplar estos eventos astronómicos y repite, una y otra vez, la importancia de no mirar el sol directamente durante el eclipse.
Entre las historias que narra el volumen se cuenta, por ejemplo, cómo
Cristóbal Colón utilizó sus conocimientos sobre un próximo eclipse lunar para convencer a nativos del continente americano -quienes ignoraban que ocurriría tal fenómeno- de que lo ayudaran.
Colón había recalado en Jamaica forzosamente debido a una tormenta que lo debilitó en altamar y las relaciones con los locales no iban muy bien, por lo que el español les dijo que si no lo ayudaban, su Dios haría desaparecer la luna y que, en señal de advertencia, esta se teñiría de color rojo una noche. Finalmente ocurrió el eclipse y los nativos, ante el temor que les generaba perder la luna, le prestaron ayuda.
- ¿Por qué decidió escribir un libro sobre eclipses?
- Muy simple, viene un eclipse el 2 de julio de este año en el valle del Elqui y el 14 de diciembre del 2020 hay un segundo eclipse total en la ribera sur del Lago Villarrica.
Este es un tema que va a estar en boca de todos, la gente va a ver el eclipse parcial de Arica a Punta Arenas, tanto este año como el próximo. Así que, con mi afán de tratar de comunicarle la astronomía a la gente... para mí esto es como surfear la ola. Si la ola viene, que son los eclipses, bueno, me subo a la ola de eclipses y hablo de eso.
- ¿Cómo percibe el interés por la ciencia en Chile?
- El interés ha progresado muchísimo. En el tiempo que yo llevo en este negocio, de un interés muy incipiente hemos llegado a uno muy notable. Mucha gente joven hoy día y niños se interesan muchísimo. Antes la astronomía la veían como algo muy lejano.
- ¿Fue para usted una dificultad hablar para un público que quizás no se maneja tanto en términos científicos, al momento de escribir?
- No. Cuando escribo un libro pienso que tengo en frente de mi escritorio a una determinada persona y yo le estoy contando la historia. Según como sea la persona que me imagino es la forma que tengo que contar mi historia. Sí, es un desafío porque implica no usar lenguaje técnico, implica tratar de exponer en una cuestión distinta los conceptos que son muy complicados. Los que son muy complicados hay que tratar de obviarlos, uno trata de eludirlos. Si algo no lo puedo explicar en palabras sencillas, prefiero hacerme el tonto y me corro por el lado.
Yo no estoy escribiendo libros para mis colegas. Ellos tienen información. Entonces, hay que adecuar el lenguaje al público.
- ¿Por qué cree que vale la pena ir a ver un eclipse solar total?
- Yo creo que es una experiencia linda para sentirla y vivirla, por eso los invito. El eclipse que viene a Santiago viene en el año 2064. El que puede esperar, que lo espere, pero yo no.
Ahora, yo soy consciente de que no porque uno vaya a ver el eclipse lo va a ver... puede estar nublado. La probabilidad de que esté nublado en La Serena es como de un 60-65%. Si está nublado se va a perder el eclipse. Uno va a tener la revancha el 14 de diciembre de 2020 en Villarrica, en verano. Yo creo que es más probable que esté despejado en Villarrica que en La Serena.
- Con el eclipse total, ¿se ve oscuro como que fuera de noche?
- Oscuro como que fuera de noche. La verdad es que el eclipse en sí abarca una zona. Si uno está en el eje del eclipse, el eclipse en sí abarca como 70 km alrededor de uno. En el momento en que uno ve el cielo oscuro se ven 70 km de suelo que están oscuros, pero si uno está en un lugar alto, en el horizonte va a ver luz.
Es una oscuridad relativa. Dura dos minutos, y el ojo en adaptarse -pero bien adaptado- a la oscuridad, se demora como 20. Desgraciadamente es muy, muy rápido.
Es muy importante jamás mirar el sol a simple vista sin una protección adecuada. Hay unos lentes especiales que permiten estar mirando el sol cómo va siendo tapado por la luna, pero uno no puede mirar a visión directa porque se produce un daño en la retina que es irreparable. Si lo van a ver, que sea con anteojos especiales o con unos filtros que venden para las máscaras de soldador, un filtro número 12 que vale unos $850. Ese filtro, un cristal muy oscuro, uno se lo pone frente a los ojos y no ve nada, pero si alza la cabeza al sol, este se ve perfecto.
Solo en el momento en que el sol se ocultó, ahí se puede mirar a simple vista. Y va a ver la corona solar, que es como la peluca del sol, que solo uno la aprecia cuando la luna tapa la parte brillante.
- ¿Algún próximo proyecto de libro?
- Tengo dos proyectos de libro. Tengo ganas de hacer un libro donde yo cuente un poquito de las constelaciones del cielo, las más bonitas, y cuál es el episodio de la mitología al cual corresponde. Como soy profesor de historia de la astronomía, voy a explicar quién era Orión... mezclar mitología con sabiduría del cielo.
Y también, por ahí me estoy enterando de algunos cuentos de cómo los mapuches veían el cielo, como la Cruz del Sur, por ejemplo. Las cuatro estrellas ellos la unen de otra manera y la consideran la pata del avestruz. Y dos estrellas que están ahí al lado parecen una boleadora... entonces todo el cuento, y contar un poquitito cuál era la cosmovisión mapuche en relación con la luna, venus, etc. Yo creo que ahí me voy a entretener.
Algo seguiré haciendo... en el Caupolicán habían 5 mil personas. Entonces, para mí, la adrenalina que me brota para poder comunicarme con ellos y que yo sepa que están entendiendo lo que digo, me produce un agrado enorme. Es sembrar semilla de cultura científica. Los libros apoyan la misma filosofía. Yo podría hablar de supernovas, agujeros negros... pero si uno quiere subir a la gente al carro de la cultura, tú te cuelgas del primer escalón del tren, y en ese primer escalón hay cosas cotidianas. La luna, los eclipses, las constelaciones. Yo voy por esa senda, no la complicada.
- ¿Qué opina de la astrología?
- Es preciosa, ocurrió hace 2.500 años cuando la gente no tenía la más leve idea y creía que el cielo estaba lleno de dioses. Cuando creía que el planeta Marte era el dios de la guerra (...). Cuando la gente veía dioses en el cielo, se imaginó que los dioses nos estaban mandando mensajes, indirectas. Ha pasado mucha agua debajo del puente para que la gente siga creyendo eso... Como parte de la historia de la cultura es muy bonita, pero hoy día es un fósil, y uno tiene que entender lo que es una belleza intelectual de hace 2.500 años. Hoy día tiene cero validez, no sirve para nada.
(…) A mí me molesta, porque hay gente que ha estudiado un poco, su cerebro lo ha desarrollado un poco y se dedican a engañar a gente que la vida no le dio oportunidades, y estos charlatanes se dedican a engañarlos, a venderles mentiras y se ganan la vida vendiendo el cuento.