"Señor Víctor Gutiérrez, director ejecutivo de La Red, me dirijo a usted para expresarle el malestar y rechazo del Ejército de Chile del programa 'Políticamente Incorrecto', en el cual se simuló la entrevista a un integrante de la institución utilizando el disfraz de un supuesto programa satírico para proferir todo tipo de injurias en contra de los 45 mil mujeres y hombres que eligieron la profesión militar".
Fueron las palabras contenidas en una carta firmada por el general de brigada del Ejército, Sergio Gutiérrez. A ellas se sumó el ministro de Defensa, Baldo Prokurika, quien en un comunicado señaló que le parece "muy lamentable" que el canal "emita una supuesta entrevista humorística a un actor disfrazado de 'general' para hacer afirmaciones destinadas a denostar la honra y ofender la labor que realizan cada día miles de hombres y mujeres que integran nuestras Fuerzas Armadas".
No se trata de la primera oposición a las decisiones editoriales del canal de televisión, que ha venido experimentando una renovación de su parrilla programática en el último año desde el ascenso de Gutiérrez a la dirección ejecutiva. La semana pasada, el Consejo Nacional de Televisión (CNTV) decidió formular cargos contra la señal luego de recibir 331 quejas de televidentes por la emisión de una entrevista al ex frentista Mauricio Hernández Norambuena desde la cárcel.
"Si bien una persona que cumple condena puede dar una entrevista, la afectación de la democracia y paz social se da por la manera en que el canal aborda y contextualiza esa entrevista", dijo el organismo. Según la entidad, el conductor del programa, Eduardo Fuentes, "se abstuvo de cuestionamiento e interpelación" y "tampoco aclaró que el señor Hernández Norambuena no es un preso político, sino una persona sentenciada y condenada por delitos comunes". "Demuestra un actuar negligente y condescendiente del canal frente a la apología de la violencia", añadieron.
Fue la misma entrevista que provocó una polémica con el Gobierno: de acuerdo a la versión del canal, una asesora del presidente Sebastián Piñera habría llamado por teléfono al dueño de la estación en Miami para quejarse de la línea editorial. Eso, al menos, es lo que denunciará la estación televisiva en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), bajo la representación del abogado y ex director del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), Branislav Marelic.
En el mismo contexto, se viralizó la respuesta que Víctor Gutiérrez entregó al presidente de Anatel, Ernesto Corona, a una convocatoria de la Subsecretaría de Cultura. "Me parece un mal chiste", dijo el director del canal. "La Red no postulará ni pedirá nada al Gobierno. Intimidar, censurar con llamadas y seguimientos e intervenciones telefónicas a los periodistas y canales no es democrático", añadió.
Hoy La Red atraviesa el que se ha convertido, quizás, en su momento más político, el que además coincide con una reestructuración de contenidos post estallido social. Se trata de una apuesta personal del actual director ejecutivo, quien se desempeña interinamente en el cargo y busca rescatar al canal de una larga crisis económica y de audiencias de una forma que se ciñe a su polémico estilo.
Un canal en crisis
Fue a fines de mayo de 2020 cuando se conoció que el periodista Víctor Gutiérrez asumiría de manera interina la dirección ejecutiva de La Red, luego de la renuncia de José Manuel Larraín. Ya en diciembre de ese año se hablaba de un "osado plan" de su autoría para paliar la adversa situación económica de la estación, que durante ese año perdió más de $5 mil millones, según declaró ante la Comisión para el Mercado Financiero.
Lejos quedaba el éxito que tuvo la señal a comienzos de los 2000, que obtuvo gracias al estreno de grandes telenovelas mexicanas, la adjudicación de los derechos de exclusividad de algunos shows de Chespirito y la exhibición de películas que fueron éxitos de taquilla, como Harry Potter. El buen momento del canal se asoció directamente a la compra de su propiedad realizada por Albavisión, el conglomerado de medios perteneciente al empresario mexicano Remigio Ángel González. Con sede en Miami, el grupo opera más de 40 estaciones de televisión, además de emisoras de radio y diarios impresos.
Aunque tuvo su auge a comienzos del mileno, los buenos números de La Red comenzaron a caer y su contenido original fue reemplazado por material envasado. En 2015, incluso, cerró el departamento de prensa
A fines de la década pasada, los buenos números de La Red comenzaron a declinar. La caída se notó en el reemplazo de contenido original por material envasado, y se expresó sobre todo en 2015 con el cierre del departamento de prensa, que alguna vez tuvo un noticiero de opinión conducido por Beatriz Sánchez y Alejandro Guillier. Esa fue precisamente el área que generó sorpresa a mediados de 2019, cuando se realizó una emisión de "Punto Noticias" de menos de tres minutos. Sin horario fijo hasta la fecha, el espacio noticioso recibió un nuevo impulso con el estallido social que comenzó en octubre de ese año.
Desde entonces, y sobre todo desde la llegada de Gutiérrez a la dirección ejecutiva, los contenidos cada vez se han ligado más a la política, el debate y la actualidad. Así han surgido espacios de debate y entrevista política como "Pauta Libre", que tiene como panelistas a figuras como la Premio Nacional de Periodismo Mónica González, y a sus colegas Mirna Schindler, Alejandra Matus y Paula Molina. González, además, conduce un espacio por sí misma llamado "Poder y Verdad".
A ello se suma una serie de decisiones administrativas tomadas por Gutiérrez, que incluyeron la desvinculación de toda la plana ejecutiva del canal y el ascenso de los subgerentes de dichas áreas, un plan económico que fue destacado a fines de 2020 por el Diario Financiero. Ha trascendido, además, el aumento salarial a cargos como tramoyas, maquilladores, asistentes y peluqueras.
El estilo de Gutiérrez
Al momento de anunciar su llegada a la dirección ejecutiva, La Red identificaba a Gutiérrez como alguien que había mantenido "una relación estrecha con la estación durante décadas". Con un perfil llamativo, Gutiérrez se ha vinculado durante su carrera a dos tipos de cobertura periodística: la farándula y el periodismo de investigación. Así, se ha visto implicado en batalles legales con figuras como Cecilia Bolocco, por decir que fue amante de Paulo Coelho mientras estaba con Carlos Menem, pero también con partidos políticos e instituciones por temas de mayor envergadura.
Uno de sus trabajos más recordados es una serie de tres reportajes publicados en La Nación en 2002 donde, de la mano de un informante anónimo identificado como "Colmillo Blanco" denunció la operación en democracia del "Comando Conjunto". Como consecuencia, el entonces comandante en jefe de la Fuerza Aérea, Patricio Ríos, dimitió de su cargo.
"La Nación me pagó 30 mil pesos brutos menos el 10% de retención de impuestos", contó en 2006 al diario El Sur de Concepción. "Un cheque de 27 mil pesos por algo que remeció al país, que me significó invertir en pasajes aéreos, taxis, almuerzos, regalos y atenciones", dijo en la entrevista donde aseguró que la farándula le "pagaba" sus investigaciones.
"(En la universidad en EE.UU.) nos enseñaron técnicas que aquí no se utilizan, como cambiarse de nombre, disfrazarse (...) Yo me disfrazo de alemán, de mujer, de enfermera con suecos, lo que sea"
Víctor Gutiérrez en 2006
Escribió también varios artículos relacionados con el caso Spiniak para la revista Plan B, lo que desembocó en una querella de la UDI por un supuesto montaje en su contra, debido a que fue en un reportaje suyo donde un menor de edad dijo haber reconocido a un senador del partido en dichas "fiestas" pederastas, algo que nunca se pudo comprobar judicialmente.
Es reconocido además por su libro Michael Jackson fue mi amante (1996), donde reveló la supuesta relación entre el cantante y un menor de edad de 13 años. Su publicación fue tan polémica que lo tuvo desfilando por distintos programas de televisión estadounidense. En uno de ellos, "Hard Copy", aseguró que había visto un video donde Jackson abusaba del niño. Por esa afirmación, y no por su libro, el cantante lo demandó por US$ 2.7 millones. En el juicio no quiso revelar su fuente.
Y es que los métodos de Gutiérrez siempre generaron polémica. Para acceder a la historia de Jackson, por ejemplo, se hizo amigo de la empleada doméstica de la familia del niño, quien lo dejó entrar en la casa diciendo que era un amigo mexicano suyo. Ha dicho que lo aprendió en la universidad donde estudió en California. "Nos enseñaron técnicas que aquí no se utilizan, como cambiarse de nombre, disfrazarse", contó en 2006. "Yo me disfrazo de alemán, de mujer, de enfermera con suecos, lo que sea".
Ha dicho, también, que tiene "límites". "Mis límites son no matar, no golpear ni nunca robarme un documento", dijo a la Revista del Domingo de El Mercurio en febrero de 1999. Por eso sus cercanos entienden el giro que ha experimentado La Red bajo su administración.