En junio 2015 las revistas del corazón se remecieron con el inicio de un inesperado romance: el del escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa con la empresaria y socialité española-filipina Isabel Preysler.
En ese entonces el Nobel de Literatura estaba casado con su esposa de toda la vida, su prima Patricia Llosa, con quien hace poco había celebrado a lo grande sus 50 años de matrimonio. Mientras que Preysler había enviudado el año anterior de su marido, el ex ministro de Economía y Hacienda español, Miguel Boyer, luego de dos dolorosos años en que él estuvo postrado tras sufrir un derrame cerebral. Antes de eso, había estado casada dos veces, una con Julio Iglesias, con quien tuvo a Enrique, Julio Jr. y Chábeli; y con Carlos Falcó.
Vargas Llosa y Preysler se habían conocido mucho antes, en 1986, cuando ella le realizó una entrevista para ¡Hola". Tras ese encuentro nació una amistad que duró años y que también incluyó al marido de la socialité y a la esposa del escritor.
Con todos estos condimentos, el incipiente romance causó gran revuelo en la prensa española, que comenzó a publicar fotografías que "delataban" el affaire.
Ante el escándalo, Vargas Llosa tuvo que "farandulizarse" y salir a dar explicaciones en un programa de televisión, donde aclaró que su relación con su esposa ya había terminado. "Lo único que le confirmo es que estoy separado y no tengo más declaraciones que hacer sobre mi vida privada", aseguró.
No obstante, su esposa, Patricia Llosa, lanzó un comunicado de prensa donde afirmaba que: "Mis hijos y yo estamos sorprendidos y muy apenados por las fotos que han aparecido en una revista del corazón. Hace apenas una semana estuvimos con toda la familia en Nueva York celebrando nuestros 50 años de casados y la entrega del doctorado de la Universidad de Princeton", contó. Posteriormente, su hijo Gonzalo, reafirmó que el escritor había sido infiel, ya que sus padres aún vivían juntos cuando él comenzó a salir con la empresaria.
La pareja en el Tenis Open Madrid, en 2019. Era común verlos juntos en distintos eventos. Crédito: EFE.
"El año más feliz de mi vida", "no queremos perder ni un minuto"
Finalmente, la hija de Isabel Preysler, Tamara Falcó, confirmó lo que ya todos sabían: la naciente relación entre su madre y el escritor. En declaraciones a la revista ¡Hola!, contó que "les veo encantados el uno con el otro" y que "a mi madre la veo muy bien... y se merece ser feliz".
"Éste ha sido el año más feliz de mi vida (...) Esto que nos sucedió a nosotros fue inesperado. No era algo que nos imaginábamos que fuera a ocurrir, pero ocurrió. Estamos en una etapa muy bonita, muy feliz. Nos reímos mucho juntos, nos entendemos muy bien, nos queremos mucho"
Mario Vargas Llosa, en 2016
Días después, el propio Vargas Llosa reconoció a la revista su relación sentimental con Isabel Preysler, señalando brevemente que "nuestra relación va muy bien".
La primera vez que se los vio juntos en público fue en septiembre de ese año, cuando ambos asistieron a la inauguración de una tienda en Nueva York, evento al que llegaron tomados de la mano, y su presencia incluso opacó a figuras como Richard Gere, Carolina Herrera y Sarah Jessica Parker. Con este gesto, la nueva pareja de moda oficializaba en público su relación.
Al mes siguiente, volvieron a mostrar su amor en la misma ciudad, ya que ella lo acompañó a una gala en el Metropolitan Club de Nueva York, donde el escritor fue homenajeado.
Ya parecía no importarles que aparecer juntos causara polémica. En la primera entrevista en que habló del tema, Isabel Preysler aseguró que ambos estaban "muy seguros" de su relación. "Hay una cierta verdad cuando dicen que nos hemos hecho inseparables y que no queremos perder ni un minuto", afirmó en ese entonces la socialité, quien confesó que esperaba que la relación fuera "larga, duradera y feliz".
También contó que habían tenido sus primeras vacaciones juntos, en la caribeña isla de Mustique, que calificó de "maravillosas", y en las que aprovecharon el tiempo para "conocerse mejor".
Los viajes por el mundo fueron un condimento esencial de sus primeros meses de relación. Fueron a Nueva York, Moscú, Buenos Aires, Iguazú, Perú, Colombia, Bali y el sudeste asiático, realizaron cruceros por los fiordos noruegos y por las islas griegas. También tuvieron una intensa vida social, dejándose ver infinidad de veces en cenas, óperas y otros eventos.
"Éste ha sido el año más feliz de mi vida ¿No se me ve acaso feliz a mí?", declaró en ese entonces el escritor peruano en una entrevista. "Esto que nos sucedió a nosotros fue inesperado. No era algo que nos imaginábamos que fuera a ocurrir, pero ocurrió. Estamos en una etapa muy bonita, muy feliz (...) estamos disfrutando mucho de esta etapa. Nos reímos mucho juntos, nos entendemos muy bien, nos queremos mucho", contó.
En 2016, tras la propuesta de matrimonio, viajaron a Filipinas para que él conociera a la familia de ella. Crédito: AP.
El anunciado matrimonio que nunca se concretó
En medio del idilio, Vargas Llosa dio un paso más para estar con Isabel Preysler y a fines de 2015 inició los trámites legales para divorciarse de su esposa. Tiempo después se fue a vivir con su nueva pareja, en la casa de ella en Madrid; y en junio de 2016, a un año de haber iniciado su romance, el escritor le pidió matrimonio.
"Mario me ha pedido que me case con él, pero aún no le he respondido. Nada está descartado en nuestro futuro. Todas las opciones son posibles", dijo Isabel Preysler en ese momento, e incluso habló de cómo se imaginaba que sería su boda. "No me gustaría que mi boda fuera multitudinaria y no iría con un vestido blanco", elucubró. También reveló que "tengo muchas cartas de amor que me ha escrito que son realmente maravillosas".
Con el paso de los meses, comenzó a percibirse que los planes de matrimonio se estacaban y los medios empezaron a especular con que la pareja atravesaba una crisis, debido a que ella no podía acompañarlo con frecuencia en sus viajes a congresos literarios y actividades políticas. Preysler desmintió esos rumores y aclaró que el escritor estaba concluyendo su divorcio para poder volver a contraer matrimonio. "No tengo ninguna prisa en casarme", aseguró en 2016. Incluso la pareja viajó a Filipinas para que él conociera a la familia de la empresaria.
Pero el proceso de divorcio de él fue largo y recién se materializó en noviembre de 2018. Pese a ello, el anunciado matrimonio entre Vargas Llosa y Preysler nunca se concretó. Cuando los medios le preguntaban a ella por la boda, respondía frases como: "Estamos maravillosamente bien como estamos. Somos muy felices así y, por el momento, y a estas alturas de la vida, no vemos la necesidad de cambiar nuestra situación".
En 2020, durante la celebración del décimo aniversario de su premio Nobel, Vargas Llosa afirmó que su nueva pareja había renovado en él su vocación de escritor, señalando que era la mejor cosa que le había pasado en la vida.
La pareja llegando a una cena para celebrar el cumpleaños número 80 del escritor. Crédito: EFE.
Un último episodio de celos que esta vez ella no habría perdonado
Pese a todos los planes y al amor que se expresaron, la relación finalmente terminó, y –según Preysler– de manera definitiva. "Mario y yo hemos decidido poner fin a nuestra relación definitivamente (...) No quiero dar ninguna declaración más y agradezco a los amigos y medios de comunicación que nos ayuden en esta decisión", declaró a la misma revista ¡Hola! que hace ocho años anunció su romance.
¿Cuál fue el motivo de esta separación? Según la revista, no estuvieron implicadas terceras personas, sino que perdieron "poco a poco, la ilusión del principio".
De acuerdo al medio, que cita fuentes cercanas a la pareja, en los últimos meses la convivencia se había vuelto difícil debido a sus diferentes trabajos, pero que el detonante fueron los celos de parte del escritor.
De hecho, relatan un episodio ocurrido a mediados de diciembre en que, tras una nueva escena de "celos infundados", el escritor salió de la casa donde ambos vivían y se fue a instalar a su propio departamento, ubicado en el centro de Madrid, sin dar explicaciones. Ésta no era la primera vez que ocurría algo así, en que él se marchaba, pero después regresaba. Sin embargo, en esta ocasión, la actitud de Vargas Llosa la habría llevado a ella a pensar que "no valía la pena continuar apostando por una relación que no tiene futuro", según la revista.
Señala que "Isabel tiene una dignidad y una educación exquisita, que no sabe de faltas de cortesía" y "ella lo único que desea es vivir una vida tranquila, disfrutar de sus nietos y su libertad".
Ambos llegan a un teatro en Buenos Aires, en 2016. Fueron frceuentes sus viajes por el mundo. Crédito: EFE.
