Al pasa con la la música urbana chilena, que no deja de sonar en las discotecas en Madrid, Spotify o en los trends de TikTok. Jóvenes exponentes del género rompen fronteras con sus hits, una devoción que consagró a Santiago como la "capital mundial del consumo de reguetón".
Desde 2019, Santiago es la capital donde más se escucha reguetón, según la plataforma Spotify. Tanto a artistas locales, como Polimá Westcoast, Pailita, Young Cister, Princesa Alba o Pablo Chill-E, o a fenómenos mundiales como Bad Bunny, Ozuna o Daddy Yankee.
Con más de 400 millones de reproducciones por mes, en Santiago –ciudad de casi 7,1 millones de habitantes–, se escucha el doble de reguetón que en Ciudad de México. Santiago es también uno de los mayores mercados para el género que nació en Puerto Rico y Panamá.
"Chile es una de las escenas más prominentes de Latinoamérica en lo que a reguetón respecta (...) es cada vez más frecuente ver colaboraciones entre chilenos y figuras internacionales que quieren ser parte del movimiento y consolidar su presencia en el país. Hoy el reguetón chileno está de moda"
Rodrigo Decono, responsable editorial de Spotify para el Cono Sur
Chile "es una de las escenas más prominentes de Latinoamérica en lo que a reguetón respecta", señala Rodrigo Decono, responsable editorial de música de Spotify para el Cono Sur. Agrega que "es cada vez más frecuente ver colaboraciones entre artistas chilenos y figuras internacionales que quieren ser parte del movimiento y de esta forma también consolidar su presencia en el país. Hoy el reguetón chileno está de moda".
Este año artistas chilenos se tomaron por primera vez el top 10 de la plataforma de música en línea y estuvieron presentes en el top 50 de países como Argentina, México y España.
Cris Mj "rompió todos los récords" y se posicionó como el líder de "la armada chilena", indicó Spotify en un comunicado. Su canción "Una noche en Medellín" fue la más reproducida del año en Chile y alcanzó el puesto 14 en Argentina, el 17 en México y el 18 en España.
Le siguen "Me Arrepentí", de 'Ak4:20', y "Ultra solo" de Polimá Westcoast, que explotó en las redes sociales desde que un viral mostró a la cantante británica Dua Lipa entonándola en una discoteca de Madrid.
"Sus coros son demasiado 'pegotes'"
"A los 'cabros' (chicos) les está yendo muy bien, porque efectivamente son muy talentosos. Son unos pequeños genios; su manera de hacer coros son demasiado 'pegotes', y cuando una canción es pegote no es azaroso, hay un talento atrás", dice a AFP la cantante Trinidad Riveros (25 años), conocida como Princesa Alba.
"Una canción no se hace viral porque sí; una canción se hace viral por algo que alguien hizo, que alguien pensó, estoy muy orgullosa por ellos", agrega la intérprete de "Convéncete", un hit en México y que en TikTok acumula millones de visitas.
La cantante se presentó en el festival Lollapalooza a inicios de este año; y realizó una gira por México y España para promocionar su primer disco, "Besitos cuídate", donde colaboró con la cantante brasileña Duda Beat, la artista de Argentina Ms Nina y el español Pimp Flaco.
Además, abrió los cuatro shows de Coldplay en Chile y cerró un contrato con Sony Music en diciembre. Los chilenos Paloma Mami, Polimá Westcoast y Young Cister firmaron también con la multinacional.
Fenómeno fue favorecido por las redes sociales durante la pandemia
En un comienzo las letras tenían casi exclusivamente que ver con el lugar de origen de los artistas, su barrio y las situaciones que estos jóvenes –todos de unos 20 años– veían allí. Pero luego se ampliaron a temas universales y, en lo musical, comenzaron a sonar con sello propio.
"De esas letras que tenían que ver con contenido callejero y lo ilegal, empezaron a tocar temáticas de despecho o de amor", explica a AFP el periodista Ignacio Molina, autor del libro "Historia del Trap en Chile".
Según Molina, el fenómeno fue favorecido por las redes sociales en pandemia. "Las plataformas ayudaron a difundir la música y también, por otro lado, los artistas comenzaron a crear música encerrados, buscando otro tipo de redes", dice.
Otra característica es el alcance universal de estos artistas, que son seguidos por jóvenes de todas las clases sociales. "Vemos cómo la escena trap, que está vinculada a la calle y a la delincuencia en cuanto a temáticas, a la adversidad y pocas oportunidades, empieza a llegar a personajes que vienen de otros lugares quizás completamente distintos, con acceso a educación universitaria", agrega Molina.
Coincide Valentina Muñoz, periodista del medio de Música Urbana Trap2day: "Eso de que el trap era la música del pueblo quedó un poco en el pasado; el trap es algo transversal que escuchan mucho los cuicos (adinerados) y la clase media", afirma.