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"La Jungla de Calais": El drama de vivir en el campamento de refugiados más grande de Francia

Frio, barro, hacinamiento e inseguridad, son sólo algunos de los obstáculos que deben pasar diariamente los miles de inmigrantes africanos y de Medio Oriente que llegan a la ciudad costera en busca de asilo europeo.

01 de Octubre de 2016 | 13:00 | Por Valentina Salvo U., Emol
Foto: 2/2 | Crédito: Reuters (Archivo)
SANTIAGO.- A menos de tres horas de París, a las afueras de la localidad de Calais y al costado del acceso al túnel fronterizo con el Reino Unido, se encuentra lo que desde hace algunos años se conoce como "La Jungla": el campamento de inmigrantes más grande de Francia.

Frío, barro y hacinamiento, son lo que viven los cerca de 7 mil inmigrantes que viven en él, según cifras dadas a conocer por las autoridades galas en agosto de este año. Un número que ha alarmado al país y que pese a los esfuerzos del Gobierno francés, sigue incrementándose: en junio de este año eran 4.500 y algunas organizaciones de voluntarios en el lugar, aseguran que ya son más de 12 mil.

Por ello, esta semana el Presidente Françoise Hollande fijó su cierre para fin de año, mientras la Comisión de Finanzas de la Asamblea francesa aprobó destinar 68,8 millones de euros (alrededor de 50 mil millones de pesos chilenos) para apalear la intensificación de la crisis en el país, especialmente en la localidad costera.

Vivir en "La Jungla"


El campamento se encuentra cerca de un bosque y sobre los restos de un antiguo basurero. A cinco minutos del centro de la ciudad de Calais, está compuesto principalmente por una serie de pequeñas casetas de madera, algunos containers y muchas carpas. La gente duerme en sacos o con colchones roñosos, unos pegados a otros, pues el espacio no abunda.

Así se vive en "La Jungla", donde el agua potable escasea pues sólo se puede adquirir en un sumidero, y donde darse una ducha resulta un privilegio que dura un par de minutos. Mientras que si se trata de electricidad, está a cargo de unos pequeños generadores que sucumben cuando llega la lluvia, algo recurrente en un clima húmedo como el de Calais.

La ropa y comida son repartidas por las organizaciones que funcionan al interior del campamento, pero lo hacen a horarios preestablecidos, por lo que es normal que se generen largas esperas para conseguirlas. Cocinar se vuelve una travesía considerando la escasez de gas y las extremas condiciones de insalubridad. Aún así, algunos han optado por poner pequeños restaurantes, donde migrantes de países en conflicto se reúnen para comer.

Por otro lado, las diferencias étnicas en el campamento de Calais son tales, que se han formado pequeños barrios en todo el campo. Mientras de un lado están los afganos y paquistaníes, del otro, sudaneses, eritreos y otros países de África. Sobre una especie de colina, se encuentra un grupo de sirios.

Precisamente dicha diversidad también es motivo de preocupación dentro de las autoridades. Las riñas entre grupos son constantes, sobre todo durante la noche, y al menos dos inmigrantes han muerto en los últimos meses. En la noche del pasado 22 de agosto, entre lanzamientos de piedras y botellas, unos 400 afganos se enfrentaron con un grupo de sudaneses. El resultado fue un muerto y seis heridos de gravedad.

Sumado a dicho riesgo, se encuentra el surgimiento de una serie de grupos paramilitares que "cazan" inmigrantes ilegales y de sectores de ultraderecha que suelen manifestarse a las afueras del campamentos para enfrentarse con los refugiados.

Es difícil vivir en "La Jungla" y así lo consignan quienes incluso han denunciado que las precarias condiciones vulneran sus derechos humanos de los inmigrantes. Pero para los miles de refugiados que viven allí, el sacrificio lo vale, principalmente porque la costa de Calais es un puerto clave para regularizar su estadía en Francia o bien, cruzar a otro anhelado destino: el Reino Unido.

Objetivo Reino Unido


Calais es la ciudad fronteriza que une Francia y el Reino Unido. Por ello, en el campamento francés viven muchos de quienes tienen la ilusión de adquirir asilo en Inglaterra. Una vida mejor es lo que impulsa a decenas de refugiados de Calais a arriesgarse e intentar cruzar el Canal de La Mancha en camiones. Algunos se suben a escondidas, otros han llegado a pagar a contrabandistas para ser trasladados a través del túnel que une los dos países.

No hay datos oficiales sobre el número de jóvenes que intentan diariamente abordar los camiones, pero se estima que son decenas al día y que varios de ellos mueren en el intento. Tal es el caso de un niño afgano de 13 años, quien fue atropellado a mediados de septiembre, tras intentar subir al techo de una máquina que había reducido su velocidad.

El Gobierno francés ha desplegado 1.400 efectivos policiales en Calais, mientras intenta formular un plan de redistribución de los inmigrantes que residen en la ciudad, una labor que le ha resultado especialmente difícil producto de la falta de cupos en otros campamentos a lo largo del país.

Londres, por su parte, comenzó hace dos semanas la construcción de una gran muralla, de cuatro metros de alto y un kilómetro de extensión, que será erigida a ambos lados del camino principal que lleva al puerto, evitando así el paso de decenas de inmigrantes a uno de los campamentos símbolo de la crisis migratoria en Europa.
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