CARACAS.- El opositor Leopoldo López aseguró desde la cárcel que el vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, reconoció poco antes de su detención ante su esposa, Lilian Tintori, y sus padres, que él era "inocente" y que su situación obedecía a una "medida política".
En respuestas por escrito a un cuestionario enviado a la prisión a través de intermediarios, López afirmó que el 16 de febrero de 2014, dos días antes de que se entregase para ser detenido, Cabello se presentó ante su familia en su casa de Caracas.
"El plan no era otro que aprovechar los temores de mi familia sobre la situación en la que me encontraba para manipularla y así convencerla de que lo mejor era que me fuera del país y que incluso, si yo accedía y aceptaba su oferta, él 'amablemente' podía ayudar con las gestiones necesarias para tal fin", relató.
El fundador del partido Voluntad Popular (VP), cumplirá este sábado, tres años de reclusión en la prisión militar de Ramo Verde. Ello, justo dos días después de que La Sala de Casación del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela ratificara la condena de casi 14 años de cárcel a la que fue sentenciado, por su responsabilidad en la muerte de 43 personas en las protestas de 2014 contra el Ejecutivo de Nicolás Maduro.
"Jamás me iría de Venezuela"
Según relata el opositor, tras su negativa a salir del país, uno de los políticos más cercanos a Maduro y ex presidente de la Asamblea Nacional, admitió que él era un "perseguido político". "Ante la insistencia de Lilian de que me estaban persiguiendo injustamente, Cabello le reconoció ante mis padres, que yo era inocente y que esto era una medida política", asevera.
López asegura, además, que el líder chavista le propuso que "pidiera asilo" y se "encerrara en alguna embajada" para lo que "él también estaba dispuesto a ayudar" haciendo las gestiones necesarias.
Acusó también que Cabello volvió a presentarse en la casa de sus padres el 18 de febrero, con lo que tildó de "el planteamiento más cobarde de todos". "Decía tener información que comprobaba que me iban a asesinar si me presentaba en público: 'la derecha fascista lo quiere matar y los colectivos también, y es muy difícil controlar a estos últimos'", asegura.
Pero "yo ya había tomado una decisión que aún hoy mantengo que es la correcta: jamás me iría de Venezuela", insiste.
Sus condiciones carcelarias empeoraron con el tiempo y actualmente explica que se encuentra aislado "en la última celda de una torre de cuatros pisos, condición a la que son expuestos solamente quienes son sometidos a castigo por razones disciplinarias".
Cuenta que solo puede recibir visitas de sus abogados y sus familiares directos, que todas las conversaciones son escuchadas y grabadas, incluyendo las que mantiene con sus abogados, y que los documentos de la defensa son revisados y en ocasiones incautados. "Al momento de escribir esta respuesta llevo dos meses sin ser bajado a la cancha y sin poder asistir a misa", dice.
Rezar, leer y ejercitarse es lo que más le ha ayudado a sobrellevar el tiempo entre rejas, afirma. Pese a la ratificación este jueves de su sentencia por parte del Tribunal Supremo, López está convencido de que saldrá en libertad y que cuando salga será "más fuerte de alma, mente y cuerpo".
Niega haber tenido alguna responsabilidad en la violencia desatada en las protestas de 2014, y afirma que los venezolanos y la comunidad internacional "están muy claros de dónde proviene la violencia" en el país.
Estrategia en la oposición
Respecto de la estrategia de la oposición venezolana, aboga por ir más allá de una "simple reestructuración" de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y porque esa alianza pase a integrar a distintos representantes de la sociedad para convertirse en un "Movimiento de la Unidad Democrática".
"La MUD fue una alianza de partidos que mostró un gran éxito ante coyunturas electorales y hoy, nos guste o no, entramos en una fase distinta, en una fase de resistencia", señala. A su juicio, la "vía electoral ha sido cerrada por la dictadura" y sería "un error" plantear las elecciones regionales, previstas en principio para este año, "como la gran promesa de cambio para los venezolanos".
"Debemos ganar, sí, pero esa no puede ser la prioridad de la agenda de cambio. La prioridad es cambiar un sistema", recalca.