EL CAIRO.- El número de víctimas mortales por el supuesto bombardeo químico ocurrido este martes en la localidad de Jan Shijún, en el norte de Siria, subió a 72 personas, entre ellos 20 niños, informó este miércoles el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
Entre los fallecidos también hay 17 mujeres, según el Observatorio, que anteriormente había cifrado en 58 el número de personas muertas por el supuesto ataque químico en esta localidad que está en una zona bajo control rebelde.
La ONG alertó de que en las últimas horas se han producido al menos cinco nuevos bombardeos en Jan Shinjún, llevados a cabo por aviones de guerra no identificados, aunque sin que se registrasen víctimas por el momento.
Tanto el Gobierno de Damasco como la oposición se han culpado mutuamente del ataque, ocurrido en esta localidad ubicada en la provincia de Idleb, una región que en su mayoría está en manos de los rebeldes y de facciones islámicas.
Según la Defensa Civil Siria, que presta servicios de rescate en áreas fuera del control de las fuerzas gubernamentales, el ataque expuso a sustancias químicas a cerca de 300 personas.
Los heridos presentaban síntomas de asfixia, vómitos, espasmos y algunos echaban espuma por la boca, según denunciaron estas fuentes.
Jan Shijún tiene unos 75.000 habitantes, muchos de ellos desplazados procedentes de la vecina provincia de Hama, y está bajo el control del Ejército Libre Sirio (ELS), de acuerdo a los datos proporcionados a Efe por el director del opositor Centro de Información de Idleb, Obeida Fadel.
Horas después del supuesto ataque químico, aviones de guerra volvieron a atacar un centro médico en Jan Shijún, que quedó fuera de servicio.
La Coalición Nacional Siria (Cnfros), principal alianza de la oposición, acusó a aviones gubernamentales de haber atacado Jan Shijún con proyectiles que contenían gas sarín, pero tanto Damasco como Rusia, su principal aliado, negaron haber bombardeado la localidad.
El Consejo de Seguridad de la ONU se reunirá de urgencia hoy para analizar el supuesto ataque químico, a petición de Francia y el Reino Unido.
El Gobierno de EE.UU. consideró el ataque como un probable "crimen de guerra" y responsabilizó directamente al Ejecutivo del presidente sirio, Bachar al Asad.