El ex alcalde de Nueva York fue uno de los defensores más enérgicos de Trump durante la campaña presidencial y sirvió como fiscal de Distrito en Nueva York entre 1983 y 1981. Precisamente dicha cercanía lo acercan a ser nombrado por el Presidente, no obstante, también lo alejan, considerando que ello dificultaría la confirmación de su candidatura por parte del Senado.
Es ex presidente del Comité de Inteligencia del Congreso. Antes de que Comey fuera nombrado como director en 2013, este ex agente del buró era el candidato favorito de la Asociación de Agentes del FBI, que reúne a más de 13.000 oficiales, para presidir el organismo. Fue parte por un breve tiempo del equipo de transición de Trump, pero después fue sacado por una reorganización.
Es el comisario más longevo que ha servido en la Policía de Nueva York. Conocido por su dura postura en la lucha contra la delincuencia, podría convertirse en un aliado natural del fiscal general, Jeff Sessions. Un problema para él sería su edad, 75 años, pues para el final de su gestión como líder del FBI tendría 85. Además, podría crear resistencia por su vínculo con una polémica fiscalización a mezquitas tras el 11-S.
Sirvió como el primer director de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia cuando se formó en el año 2006. Anteriormente fue fiscal federal en Washington durante el Gobierno de George W. Bush y asesor del director de la Oficina Nacional de Inteligencia, James Clapper. Pero también trae la experiencia del FBI, tras haber servido como asesor general y jefe de gabinete del director del buró, Robert Mueller. Incluso, se dijo que Wainstein fue opción para liderar el organismo en 2011.
Ex fiscal federal y congresista republicano por Carolina del Sur, es valorado por sus colegas en materia legislativa. Ello, luego de que trabajara en casos de tráfico de drogas, robo a bancos y pornografía infantil. A pesar de encajar con lo que busca Trump para el FBI, Gowdy fue director del comité que investigó el rol de Hillary Clinton, entonces secretaria de Estado, en la muerte de 4 funcionarios diplomáticos estadounidenses en Bengasi, Libia. Ello provocaría que los demócratas cuestionaran su independencia y lo rechazaran.
Antes de su nombramiento como presidente de la Universidad de Anderson en Indiana, hace tres años, adquirió notoriedad como administrador de Seguridad en el Transporte durante el Gobierno de Barack Obama. Además, fue director adjunto del FBI durante la presidencia de George W. Bush, por lo que es un candidato que tiene las características para recibir apoyo de ambos sectores del Congreso estadounidense. Sin embargo, Pistole también es un amigo cercano de Comey.
El gobernador del estado de Nueva Jersey y ex precandidato presidencial por el Partido Republicano, fue uno de los primeros altos cargos conservadores en apoyar a Trump durante la campaña de 2016. Este año fue nombrado director de la Comisión sobre Abuso de Drogas y Opioides. No obstante, al ser un aliado declarado de la administración del magnate, podría presentar grandes dificultades para ser aprobado en el Congreso.
El agente Adam Lee, agente especial del FBI a cargo de la oficina del organismo en Richmond, Virginia; Paul Abbate, actual director adjunto del buró; y Michael Anderson, agente especial del FBI a cargo de la oficina de Chicago.