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Maritza Garrido Lecca, la bailarina que estuvo 25 años en la cárcel por esconder al líder de Sendero Luminoso

Nació en el seno de una familia católica acomodada y llegó al grupo armado gracias a su tía, una ex religiosa. El lunes, salió en libertad tras cumplir la condena por ocultar en su casa a Abimael Guzmán, quien cumple una pena de presidio perpetuo.

12 de Septiembre de 2017 | 15:10 | Emol
SANTIAGO.- La casa de Maritza Garrido Lecca se llenaba todos los días de niñas y jóvenes que asistían a sus clases de ballet en Lima ansiosas de aprender de una de las bailarinas más conocidas de la ciudad. Pero detrás de los pasos y contorsiones, esta instructora escondía en el segundo piso del inmueble a uno de los hombres más buscados de Perú: el líder del grupo Sendero Luminoso, Abimael Guzmán.

El tema era delicado, puesto que este grupo guerrillero llevaba ya 12 años en un conflicto armado con el Estado que se tradujo en diversos delitos como asesinatos selectivos, atentados explosivos y cortes de luz.

Tras ser descubiertos, ambos fueron capturados y sometidos a juicio. En el caso de Garrido, fue condenada a 25 años de cárcel, los que se cumplieron este lunes, por lo que a las 21:02 horas salió del penal de Ancón II, ante los ojos de los peruanos que miraban expectantes este hecho.

Así, la libertad de esta bailarina de ahora 52 años genera un manto de dudas respecto de su futuro, desatando incluso un debate en el país vecino ante un posible rebrote de la violencia.

Del catolicismo a las armas

Maritza Garrido Lecca nació en el seno de una familia limeña católica acomodada. Era la única mujer de cinco hijos y estudió en el Sophianum, un colegio religioso de clase media alta. Posteriormente, estudió danza y luego Educación en la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la década de los 80.

Según relata una amiga cercana, ella rechazaba las ideas socialistas, pero durante su paso por la educación superior habría dejado la religión católica y se vinculó con grupos radicales de izquierda.

No obstante, la tesis que más se maneja es que Garrido ingresó al grupo Sendero Luminoso gracias a su tía, la ex religiosa Nelly Evans, quien antes había caído presa por esconder en su casa a Abimael Guzmán en 1991, quien en esa ocasión logró escapar.

Según explicó el sociólogo peruano Gonzalo Portocarrero en el programa televisivo "Vidas Secretas" en 2002, en declaraciones rescatadas por la BBC, "ellas llegan (a Sendero Luminoso) por un sentimiento de culpabilidad, de sentirse privilegiadas en un mundo donde reina la injusticia", agregando que "sienten este privilegio como algo totalmente injustificado, como algo que tienen que de alguna manera pagar".

Así, a medida que participaba en el grupo, se inmiscuyó a tal punto de esconder a Guzmán en su casa. Todo eso se acabó la noche del 12 de septiembre de 1992, bajo el Gobierno de Alberto Fujimori.

La caída y el nulo arrepentimiento

Ese año, Maritza Garrido convivía con el arquitecto Carlos Incháustegui, quien también tenía vínculos con Sendero Luminosos e incluso cumplió una pena de 22 años de cárcel por eso.

Ambos arrendaban una casa en el sector limeño de Surquillo. Ahí, Garrido daba clases de danza en el primer piso, y en el segundo escondía a Abimael Guzmán.

Pero esta pareja estaba siendo investigada desde hace un tiempo por el Grupo Especial de Inteligencia de la Dirección contra el Terrorismo (GEIN), cuyos agentes se disfrazaban de recolectores de basura y revisaban los desperdicios de la vivienda para buscar. Así, notaron que compraban ropa de talla más grande que la que usaban y un día encontraron una carta escrita por la pareja del líder de Sendero Luminoso, según recuerda BBC Mundo.

Fue así como ocurrió la detención del 12 de septiembre. En el operativo, se capturó a la cúpula de Sendero Luminoso. Primero, Garrido Lecca fue condenada a presidio perpetuo, pero se rebajó su pena a 25 años. Era el fin del grupo guerrillero.

Ahora, surgen las dudas sobre el futuro de esta bailarina. Según dijo el procurador antiterrorismo Milko Ruiz a la revista Somos, "Hasta ahora no le he visto ni pizca de arrepentimiento (...) la mente la sigue teniendo torcida".

No obstante, la ministra de Justicia, Marisol Pérez, fue tajante: "Ya cumplió su condena y a partir de ahora nosotros estaremos vigilantes", indicó.

Por su parte, ha trascendido que Garrido Lecca no hará declaraciones a la prensa ni se referirá a su libertad. Por ahora, sólo se dedicaría a bailar.
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